Una guerra eterna

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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: médico asmedista Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Escritor, poeta

La angustia es total. El ataque palestino con miles de misiles y acciones terroristas por tierra sorprende al mundo. El odio es milenario y, a raíz de la constitución del estado de Israel al término de la Segunda Guerra Mundial, se ha acrecentado como producto de lo que gran parte del mundo siente como un robo descarado al pueblo palestino; aunque si ahondamos en la historia vemos que este es un territorio que les fue común a los hijos de Abraham pues, tanto Ismael, su hijo mayor -de quien proviene el pueblo palestino- e Isaac -padre de los judíos- tendrían igual derecho e iguales deberes.

Parece que el hecho de ser Ismael hijo de Agar -la esclava- e Isaac de Sara su esposa legítima -cuando ya se daba por inmodificable su esterilidad-, hizo que tal discriminación se tradujera en un mandato divino e irrevocable de obediencia y servicio de los palestinos hacia sus hermanos judíos quienes siempre se han considerado el «pueblo elegido por Dios».

Tal vez la diáspora a través de la historia obedezca a ello. Tanto Ramsés como Hitler los quisieron exterminar, también Isabel la Católica los expulsó de España; el primero los condenó a morir en el desierto, y Hitler simplemente los asesinó en las calles o en los hornos y cámaras venenosas de los campos de concentración.

Después de la llamada guerra de los seis días -hace casi sesenta años- cuando Golda Meir y Moshé Dayán se hicieron héroes, el enfrentamiento que hoy surge parece ser el definitivo ante el deseo de los palestinos de recuperar el que consideran su propio y único territorio.

Cuando dos hermanos se odian, la guerra es a muerte, pero ya no con las tácticas de un simple terrorismo barrial y el lanzamiento ocasional de un misil; ahora son miles y los aliados de lado y lado ya aparecerán en el escenario como se hizo con la guerra en Ucrania, en la que los Estados Unidos, a través de la OTAN, está desplegando armas desconocidas por Rusia, razón por la cual la oligarquía moscovita está haciendo tambalear a Putin ante las retiradas estratégicas de los últimos días.

Irán -con armas nucleares y enemigo mortal de los judíos-, contempla ansioso la intervención y las agallas de los palestinos. Rusia sigue en la lucha y China afianza sus ejércitos, no sólo en el área comercial. Alemania está confusa e Inglaterra, Francia y el resto de la Unión Europea, es decir la OTAN, manejada por Estados Unidos, espera órdenes y brilla los aviones, los tanques y las bombas.

¿Será un posible triunfo electoral de Trump el detonador definitivo para una Tercera Guerra Mundial? o ¿todo este escenario lo contemplará desde una cárcel?

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

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