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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: médico asmedista Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Escritor, poeta
I
Aunque el afán de publicar bobadas sea una moda, el hecho de opinar y educar en una sensibilidad sociopolítica interesante y honesta siempre será una acto de valor y cordura. Permitir que la contraparte florezca engañando y embruteciendo es un crímen. La reacción de la ultraderecha en el mundo era de esperarse. Van con todo, son pataletas de ahogado desesperadas, atacan incesantes preconizando nuevos fascismos; tanto en USA como en Europa, las hordas de neonazis y grupos de racistas, homófobos y segregacionistas propician atentados y manifestaciones violentas. Colombia no se queda atrás y, ad portas de las elecciones para alcaldías y gobernaciones, se arman con las más sofisticadas armas mediáticas para contener un cambio que es impostergable ante la avalancha de precariedad que vive la sociedad. La voz de la ciencia les es antagónica a sus pretensiones caducas y agresivas. El bienestar se mide dentro de las posibilidades de vida en un mundo en crisis. De no decrecer, de no deconstruir, de no cambiar el paradigma de desarrollo capitalista acumulador y agresivo, acabaremos con nuestras selvas y ríos y nos iremos extinguiendo entre fiestas, fútbol, guerra y hambre.
II
Por otro lado, la corrupción entre las élites blancas que nos han gobernado parece confirmar el precepto de una moral colonial católica en la que el pecado es castigado mas no el pecador, un hijo pródigo en potencia. Todo puede ser redimido con un arrepentimiento efectivo, así el daño social sea catastrófico. Los ejemplos cercanos abundan. Mejor conservar un supuesto honor con una imagen construída con bonitas palabras y actos de caridad pública que todo lo disimulan, que esconder el pecado y optar por el anonimato. Es tanta la ignominia que se puede ser redimido mediante una buen pretexto o una disculpa aceptada. Todo es posible en el mundo de la corrupción dulcificada. La ley no se respeta, solo se expide. Toda va creando una tristeza y un malestar emocional que transitan a través de las generaciones creando la cultura del disimulo y la hipocresía. En Colombia cada vez son más frecuentes los escándalos que no nos conmueven, pues los tomamos como simples hazañas de unos muchachos «avispados» o ajenos a nosotros. Samy Moreno y los Nule, «muchachos queridos todos ellos», blancos y bonitos, católicos, cumplidores del deber. Óscar Iván y Andrés Felipe, de buenas familias, amables, inteligentes, buenos bailarines, empeñados ante la saciedad en demostrar una inocencia que no tienen; y seguimos creyendo que lo suyo no fueron delitos sino una «irresponsabilidad», un «descuido». Hasta allá llega nuestra idiosincrasia colonial, en justificar el delito contra los dineros y bienes públicos como algo de suyo permitido por el solo hecho de pertenecer a una clase dominante que administra y gobierna para esos otros «manchados por la tierra», pobres y serviles.
Este otro escándalo del robo del petróleo, al igual que los Falsos positivos, los Bonos de Agua de Carrasquilla o las confesiones de Mancuso y su nombramiento como gestor de paz, son imágenes de un mismo paisaje. Esto ultimo parece ser un antídoto con el mismo veneno para mezclar en la sopa como colofón especial del gran circo en que se ha convertido la historia de la infamia en Colombia; aquí donde todo es permitido y disimulado, pero pocas veces castigado, donde todo se absorve y se recicla en comentarios de revista de farándula, fotos de modelos como el de este personaje Hernando Silva -sindicado de un robo de más de 80 millones de dolares- todo un figurín de portada, rubio e inmaculado, imposible de ser un maleante, menos siendo familiar cercano de la esposa de un presidente.
Es increíble que estemos viviendo toda esta putrefacción, todo este sainete amoral.
¿Qué seguirá después? ¿Aceptaremos nuestros vicios haciendo un «acto de contrición»? ¿O simplemente pasamos la hoja y esperamos el siguiente escándalo como si nada…?
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia