Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa de ASMEDAS Antioquia
Por: médica asmedista Martha Inés Vélez de Valencia (foto)
Poetisa
Miembro Honorífico de ASOLAPO Argentina
De mi maestro aprendí
cuando aún yo era muy nuevo,
que las sumas multiplican
en progresiones de tiempo
y restan las divisiones
que separan a los pueblos.
En bricolaje aprendí
las letras del alfabeto,
el Sermón de la Montaña
en confesional momento,
el pecado original
y su herético tormento.
La primavera florece
en palidez de cerezo
y en noche de plenilunio
el frenesí de los besos.
En el país de los elfos
el paraíso es eterno
y vuelan las golondrinas,
las canciones y los cuentos,
los peces se regodean
en las aguas del silencio
y las palabras anidan
en las entrañas del verso.
Que por los ojos de un niño
se escaparon dos luceros,
la placidez de la noche
y la levedad del sueño.
Y las estrellas gravitan
en los confines del cielo,
porque las penas se mecen
en el vaivén de los duelos.
Aprendí a conjugar
el presente y el comienzo
del acontecer del mundo
en el paisaje de un lienzo.
Vi en el rojo escarlata
la sangre del universo,
el cítrico del naranja
en paleta de maestro
y la orgía del color
en ágora de concierto.
Aprendí que el futuro
es todavía muy nuestro,
mientras intrigado asombro
brille en plural pensamiento.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa de ASMEDAS Antioquia
