Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
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Por: médico asmedista Mariano Giraldo Posada (foto)
Forense
Esta corta frase no significa nada o, mejor, no existe para un grupo de habitantes del planeta que tienen en común unas características: su dios es el dinero, la religión es la economía, son consumidores y compradores compulsivos, son productores en masa, toda equivalencia es en dinero, creen que el hombre es el ser superior del planeta y puede disponer de todo lo que hay a su alrededor, están convencidos que los recursos naturales les pertenecen sólo a ellos y que son inagotables, son amantes de lo último en tecnología, no conjugan los verbos «reciclar» ni «compartir», la vida la entienden como acumular años y riqueza;- podíamos anotar otras «cualidades» pero, dejemos ahí-. Sus objetivos los logran de cualquier manera, incluyendo los métodos violentos, la mentira y el engaño.
En este grupo está el 1%de la población mundial que posee el 80% de la riqueza del planeta y las personas que han sido «penetradas» por esa ideología; en este momento tienen el manejo de casi todos los gobiernos del mundo. Por el otro lado, estamos los que verdaderamente creemos, y estamos convencidos, no sólo que el Cambio Climático existe, sino que nos va a llevar a la extinción de la especie humana y muchas más; los que creemos que el planeta es de todos y es responsabilidad nuestra su cuidado, la no destrucción; los que abogamos por el decrecimiento de la población humana; los no consumidores compulsivos; los que cuidamos los recursos naturales; los que valoramos la armonía con todo el entorno; los que creemos que la vida es sinónimo de felicidad y alegría; los que entendemos que somos una especie más sobre el planeta y que este «hogar» es para compartirlo y cuidarlo; los no acumuladores; en este grupo no tienen cabida los ambiciosos ni los envidiosos; -no sigo con la «lista» para no cansar…
Aquí debemos entender que el enriquecimiento progresivo de ese 1% lleva necesariamente al empobrecimiento progresivo de la restante población mundial, pero eso no es el peor daño: lo es el agotamiento de los recursos naturales, cómo el agua, la calidad del aire, los bosques nativos, la fauna silvestre…; esto lleva indefectiblemente al deterioro de la calidad de vida de todos los habitantes del planeta.
Hoy tenemos un movimiento social, en su mayoría de gente joven, que propone tareas urgentes para salvar al planeta y las formas de vida existentes… Son optimistas y luchadores; los admiro por sus intenciones. Pero yo soy terco, obstinado y pesimista. El sistema económico y político dominante elaboró un plan de «explotación» de los recursos del planeta en favor de un puñado, y por estar «embriagados» por el dinero, no se dieron cuenta que ese proyecto de enriquecimiento desbordado era fatal, y ellos y sus familias, no podrán escapar de las consecuencias letales: el cambio climático».
Con todo el respeto que tengo hacia los que leen «mis escritos», creo que esta situación no tiene reversa, que la hecatombe ya la estamos sintiendo, y la sufrirán con mayor severidad los niños y los jóvenes (afortunadamente estoy entre los viejos).
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia