El pánico a la reforma a la salud

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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Aracelly Cañaveral (foto)
Presidente ASUDESSA
Asociación de Usuarios de los Servicios de Salud de Antioquia

Se están divulgando por los grandes medios de comunicación temores por la reforma al actual sistema de salud que existe desde hace 30 años y que nació con la nefasta Ley 100 de ÁLVARO URIBE VÉLEZ, ley que nos convirtió en clientes, ya no pacientes.

Una ley que ha causado un genocidio silencioso, ya que no sabemos cuántos muertos ha dejado este modelo de salud en Colombia, que ocasionó y sigue ocasionando paseos de la muerte, negación de servicios, millones de tutelas y derechos de petición, convirtiéndose estas herramientas, contempladas en la Constitución de 1991, en salvavidas para que podamos ser atendidos por las EPS (Entidades Promotoras de Salud).

Las barreras de acceso que tiene este sistema han desencadenado en muertes que se hubieran podido evitar como la negación de servicios, medicamentos no entregados a tiempo, el no pago oportuno a los hospitales y clínicas por los servicios contratados por la EPS, situación que los ha llevado a la quiebra total.

El papel primordial de las EPS en el actual sistema de salud es administrar los recursos que el Estado desembolsa para la atención de la salud de los colombianos; estas contratan con los hospitales y clínicas y demás centros de atención los servicios que requerimos para que nos atiendan la enfermedad, pero no les pagan a tiempo los servicios prestados, situación que los está llevando a la quiebra en todo el país.

Como podemos ver, las EPS no nos brindan los servicios de salud, ni siquiera nos otorgan las citas, porque tanto la atención, que se da en los consultorios, y la obtención de las citas son contratados con terceros.

Los dueños de las EPS son accionistas, como cualquier empresa que busca una rentabilidad al invertir sus dineros. El Estado les entrega a las EPS todos los recursos del presupuesto nacional destinado a la prestación de los servicios de salud para los colombianos -dineros que son recursos públicos-, y estas, a su vez, contratan los servicios, es decir, su papel es solo administrar los recursos que manejan a su antojo.

Los medios de comunicación que defienden a los grandes inversionistas en el sistema de salud están haciendo una gran difusión, con base en mentiras, en contra de la reforma a la salud; dicen que el actual gobierno quiere acabar el sistema de salud, supuestamente uno de los mejores del mundo; pero, si miramos hacia atrás, durante todos estos años las EPS recibieron dineros del Estado para atender nuestra salud, se robaron esos recursos y supuestamente se quebraron; dichas entidades quedaron debiendo millones de pesos a los hospitales y clínicas, dineros que el Estado tuvo que pagar.

Desde 2019, se han liquidado 13 EPS, entre ellas COOMEVA, que dejó 1.2 millones de usuarios al momento de su liquidación, con cerca de 193.100 quejas, reclamos y denuncias en espera de solución, para que fueran resueltas por las EPS que recibieran estos afiliados, situación que ocasionó también un caos a las EPS que los recibían, como ocurrió con NUEVA EPS Y SURA que, al no tener la infraestructura adecuada para recibir una cantidad de pacientes adicionales, desmejoraron sus servicios a sus afiliados propios.

Otras EPS liquidadas a partir del 2019 fueron Cafesalud, SaludCoop, EMDISalud, Cruz Blanca, entre otras.

En total, son 13 las EPS que se han liquidado en Colombia en cinco años. Quedan 30 EPS activas. Sin embargo, una de ellas, Emssanar, se encuentra actualmente intervenida, es decir, en riesgo de liquidación. Y, a la fecha, hay 14 EPS en proceso de liquidación.

La tragedia es para los usuarios. 6.4 millones de colombianos tuvieron que cambiar de EPS por liquidaciones, ya que la Supersalud liquidó 11 en 3 años por niveles bajos en la garantía de la atención de los servicios de salud e incapacidad de las mismas para garantizar el derecho a la salud de sus afiliados.

Las causas que argumenta la Supersalud para la liquidación de las EPS son: desviación de recursos, inviabilidad financiera, carencia de redes, negación de autorizaciones de servicios, demoras injustificadas en el suministro de medicamentos, barreras de todo tipo para la prestación de servicios vitales… Y por todo esto es que las EPS obtienen sus ganancias, no obstante hoy aseguran que no obtienen ninguna utilidad.

Los medios de comunicación afirman que este gobierno quiere acabar las EPS y, como podemos ver, ellas se están acabando solitas porque, al finalizar el gobierno de IVÁN DUQUE, en el país quedaron16 EPS en proceso de liquidación y 10 más vigiladas por la Supersalud.

Lo que pretende el actual gobierno es redireccionar los recursos para la atención en salud, que lleguen directamente a los centros en donde se atienden los pacientes, como son las clínicas, hospitales y demás INSTITUCIONES PRESTADORAS DE SALUD IPS, ya que las ENTIDADES PROMOTORAS DE SALUD, cuya sigla es EPS, no son las que nos atienden ni nos prestan el servicio.

Por todas estas razones, llamamos a la sociedad a no dejarnos confundir; apoyemos y defendamos la reforma al sistema de salud que quiere hacer este gobierno, si realmente queremos evitar que se sigan robando los recursos destinados para la salud; y, al fin, cuando necesitemos una atención en salud, seamos tratados con dignidad y a tiempo, para que no avance la enfermedad que nos aqueja y así salvaremos nuestras vidas y las de nuestros familiares.

La verdadera razón de ser de un sistema de salud son los usuarios. Defendamos nuestro sistema de salud público, no a las EPS, sí a la reforma propuesta por el actual gobierno de Gustavo Petro y su ministra de Salud Carolina Corcho.

 

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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