Tomado de: Periódico El Colectivo
Edición #79, octubre de 2022
Por: Médico Félix Orlando Giraldo Giraldo (foto)
Escritor
“Uno no puede enseñarle a nadie sí no ama lo que hace”.
Doctora Ángela Restrepo
La mujer, ser maravilloso, ha sido excluida y discriminada en el mundo a través de la historia, no solo de la vida cultural y política de la sociedad en general, sino de la educación en particular. Y Colombia no ha sido la excepción. La población femenina, llámese negra, indígena y campesina, también ha sido la más vulnerable en aspectos tan vitales para la Patria como la ciencia y la salud.
A las destacadas mujeres Ángela Restrepo y Vilma Piedrahita (aún vive), les correspondió ser pioneras en investigación en este patriarcal país (que gradualmente será más igualitario con el gobierno actual de Gustavo Petro), porque se atrevieron a subvertir el paradigma del poder masculino. En este caso, el de las ciencias de la salud: la doctora Ángela Restrepo en Microbiología y, la doctora Vilma Piedrahita en Nefrología.
Hoy relataré el aporte de la doctora Ángela Restrepo Moreno. Se formó en la Escuela de Tecnología Médica de Antioquia, siendo la primera tecnóloga en Laboratorio Clínico.
Recibió en Estados Unidos los títulos de Maestría en Ciencias, M.Sc. (1965) y Doctorado en Microbiología, Ph.D. (1965) en la Universidad de Tulane, New Orleans.
Su gran reto y pasión fue la investigación, convirtiéndose en autoridad mundial en Micología (estudio de los hongos, microorganismos que pueden producir enfermedad) y específicamente el hongo llamado Paracoccidioides brasiliensis, que afecta a Venezuela, Colombia, Brasil y Ecuador.
Fue protagonista en la fundación de la Corporación para Investigaciones Biológicas, CIB, de Medellín en 1970, en la Universidad de Antioquia, entidad sin ánimo de lucro, destacándose como investigadora, jefe del laboratorio de Micología y Directora Científica hasta el año 2015. La CIB es clasificada como centro de excelencia.
En 1994, fue la única mujer que hizo parte de la Misión de Sabios, encargada de trazar la ruta de Colombia al filo de la oportunidad, en compañía del Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez y del neurocientífico doctor Rodolfo Llinás, entre otros.
Veamos someramente algo de su luminosa existencia para la ciencia y el mundo:
Fue hija única.
No le agradó la carne y aprendió a disimularla escondiéndola debajo de la lechuga.
No jugó con muñecas, pues su interés era leer y estudiar.
La llamaban “Gordi”, sus amigos. No era de mucha vida social. Prefería leer o estudiar que asistir a un baile, pero le agradaba pasear con sus perros Dandy, Pico y Placa, Bermçnitín o Dingo.
Su niñez la pasó con su papá, médico, que tenía una farmacia, donde se interesó por un microscopio dorado y negro, que sería más adelante su instrumento preferido para lograr sus valiosos objetivos en Microbiología.
Leyó con detenimiento el libro Cazadores de microbios, publicado en 1926, del Microbiólogo y escritor estadounidense, Paul de Kruif (1890-1971), recomendándolo a los chicos.
El libro narra la vida de varios científicos del pasado reciente. Y uno de ellos es Antonie van Leeuwenhoek (Países Bajos), considerado “el padre de la Microbiología”. Leamos cómo inicia el libro mencionado y entenderemos por qué la fascinación de la Dra Ángela Restrepo por la Microbiología:
“Hace doscientos cincuenta años que un hombre humilde, llamado Leeuwenhoek, se asomó por primera vez a un mundonuevo y misterioso poblado por millones de diferentes especies de seres diminutos, algunos muy feroces y mortíferos, otros útiles y benéficos, e, incluso, muchos cuyo hallazgo ha sido más importante para la Humanidad que el descubrimiento de cualquier continente o archipiélago”.
Para la doctora Ángela Restrepo, su principal investigación fueron los hongos. Le asombró su capacidad de ser tan parecidos a los seres humanos, ya que tienen las mismas enzimas y, a pesar de su tamaño -una célula de 4 o 5 micras-, sus potencialidades son enormes, poseen una gran información genética y se pueden transformar en poco tiempo de micelio (moho) existente en el ambiente a levadura, además de ser resistentes a antibióticos o multiplicarse rápidamente.
Su lugar amado fue el laboratorio y observarlo con muchos equipos y estudiantes aprendiendo, innovando y creando ciencia. Disfrutaba ser Maestra al decir: “uno no puede enseñarle a nadie si no ama lo que hace”.
A la pregunta, ¿y qué es lo más difícil de ser científica? Respondió: “Pues que tienes que renunciar a muchas cosas que hubieras querido hacer. Pero, sin dudas, lo más grande que se me ha concedido es haber pertenecido a la misión de ciencia, educación y desarrollo que publicó el libro Colombia al filo de la oportunidad”.
La doctora Ángela Restrepo enfocó su trabajo en Microbiología con énfasis en Micología. En su trabajo científico estableció y desarrolló métodos de laboratorio para el diagnóstico de las micosis (hongos) humanas en hospitales, escuelas de salud y bacteriología.
Como un cierre a esta nota, vale la pena recordar lo que, a propósito de la muerte de la doctora Ángela Restrepo, escribió la Vicerrectora de Investigación Multicampos de la Universidad Pontificia Bolivariana, Ana Cecilia Escudero:
“Despedimos a una científica que contribuyó con amor y compromiso a la investigación que realizamos desde el Grupo de Micología Médica y Experimental, el cual gestó en 1978 y lideró hasta 1997. Quien, además, fue cofundadora de una institución como el CIB, con la que recorremos juntos el camino de la experimentación y la ciencia en los temas relacionados con la salud. Su legado como investigadora emérita vivirá por siempre en la comunidad de investigadores que hoy hacen parte de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB”.
Tomado de: Periódico El Colectivo
Edición #79, octubre de 2022
Foto tomada de: https://mujeresconciencia.com/