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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico asmedista Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Escritor, poeta
Los políticos se acercan al «dorado «, lo rondan, lo analizan, saben que para disfrutarlo deben competir, crear estrategias, ser cautelosos, tan grande es el premio que se asocian, urden planes de ataque mientras el tesoro aumenta. Llega la hora de la acción y los distintos grupos de rapiña organizada están dispuestos en el partidor, la inversión ha sido cuantiosa y ya es tiempo de recuperarla con creces. Se activa el partidor, y parten.
Durante la competencia se lanzan latigazos, se atraviesan haciendo caer al adversario, se insultan y, finalmente, hay un empate; pero uno de ellos se ha adelantado y había hecho suya la cámara que definía al ganador como parte de la estrategia, y ha ganado por una nariz.
Ya está al frente del tesoro, el botín es muy grande, casi imposible, y para permanecer a su lado, no basta solo con mirarlo, hay que hincarle el diente, para lo cual se idea un método de común aceptación, invitando a unos pocos perdedores para que aporten conocimientos que, durante la competencia, supo eran necesarios y que él no tuvo.
Finalmente, cuando el tiempo apremia, entre todos inciden y adecúan la tramoya, establecen el plan: preparan fachadas, asfaltan, construyen, vuelven y destruyen, licitan, perforan, inauguran, crean empresas evanescentes, consignan, transladan, vuelven e inauguran, compran, venden y revenden, acuerdan dádivas, adornan viejas propuestas para mantener viva la esperanza mientras dividen el botín asegurándolo en el exterior, allá donde compraron el yate y la mansión.
Luego, al terminar, algunos vuelven por más y, como hienas, defienden lo que no se pudieron robar…
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia