Rodolfo y el coscorrón

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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico asmedista Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Escritor

Todas las intimidades de las campañas tienen grandes despensas de escoria.  Pero si el talante del candidato es de una mediocridad rayana y solo va a los pesos por recuperar -con tientas sociales posiblemente para comprar incautos-, mi posición variará y votar en blanco o abstenerme no sería conducente.

Suplico al dios del rock que me dé buen tino y me tape en los ojos la visión periférica para poder concentrarme en los 22 millones de compatriotas que esperan de los bien nutridos -como nosotros-, les brindemos alguna esperanza.

Hoy supe que Hernández va a ofrecerle a Vargas Lleras en su casa – mientras se recupera de una caída en bicicleta- el Ministerio de Defensa después de haberlo tildado de politiquero y ladrón.  ¿Habrase visto más incoherencia, más falta de visión en un país que, además de estar buscando la paz, pretende romperle el espinazo a doscientos años de segregación, despojo, inequidad y corrupción?

Está bien que acepte «apoyos de donde vengan» (Pastrana , el mismo Gaviria al que denominó hijueputa, etc.) y que afirme que no les cambia el discurso, pero este ofrecimiento al exponente más rancio de lo que se pretende cambiar, ya raya en la ingenuidad y en la traición.

Y que no nos venga con el cuento de que también le va a quitar la chequera, el avión o las camionetas.  Si pensábamos que con iniciar una purga de ladrones y ratas depredadoras del erario iniciaríamos un cambio con unas finanzas saneadas, ahora nos vamos a encontrar con que el supuesto administrador no sabe dónde está parado y ya siente la presencia del monstruo -no precisamente el aldeano de Piedecuesta- sino uno de mil caras más peligroso y poderoso que el mismísimo » Chiras» de las leyendas provincianas. Un esperpento oscuro lleno de mafia, ladrones y bailarinas de vientre fácil, reinas y arlequines políticos con colmillos llenos de sangre.

El país le queda grande al Ingeniero, sus cálculos tropezaron con una realidad que lo atemoriza y lo hace replegarse pensando en un puñal asesino. Son los asesinos de la esperanza en un futuro mejor los que ya le preparan el banquete que él rechaza, pero al mismo tiempo desea con temor o vergüenza, puesto que el país no es una venta de lotes ni una oficina para hacer los negocios con los «hombrecitos» o los «más pobres».

Rodolfo: vuelve a tu casa, refúgiate en la biblioteca y no improvises, pues hurgaste y conseguiste, y ya te están cobrando el precio con risas de payasos asesinos y brujas corruptas que no te dejarán dormir.  Y con Vargas Lleras no esperes una paz a coscorronazos.

¡Fuera!

 

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

1 comentario en «Rodolfo y el coscorrón»

  1. Me alegra encontrar el comentario sobe el llamado ingeniero, me atrevo a asegurar que ese grado lo compró. Su forma de expresión denotan que no pasó por la academia y menos es autodidacta. No porque diga palabras soeses. El discurso del fin de la primera vuelta, que considero poco complicado por las circunstancias lo leyó sin despegar su mirada del. papel, se lo hicieron. Si demuestra incapacidad con un simple discurso, ese señor causará.algo imprevisible

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