Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico asmedista Guillermo Henao Cortés (foto)
Ginecoobstetra, poeta, filósofo
Si en este caso se puede hablar pronominalmente; si se me permite o no.
Yo me había movido en conversaciones, había desacelerado en cuántas programaciones
-son hechos, y uno no se con-forma con grabarlos sólo por años o en el aire.
En general, yo había vivido
-en concreto-.
Un papel, un motor ocular externo, un amado facial,
son indicios-pruebas de lo ocurrido.
Pero con estos su-cesos no había re-accionado plenamente
más adentro de lo más profundo de mí mismo
y, claro, mis amigos-amigos no podían advertirlo;
aun así, no con-seguía conformarme.
Es como si te quitasen algo y siguieras sintiendo que eres y no eres.
Pensándolo de otra forma, ni el otro (él, él) hubiera podido persistir en su parénquima,
y, en realidad, ello a mí no me preocupaba.
Sólo que solo y en silencio se marchó, sin mani-fiesta razón,
tal como ustedes, sí amigos, me habían pre-venido.
Es que uno no puede confiar y confía,
quizás por una sim-patía interior, contra-puesta a la diaria experiencia,
con la que uno se sale con las suyas.
En todo caso, él se había ido, tal vez lejos,
pues no volví a verle aunque en ello a veces me esforzaba.
¡Con cuántos mensajes le insistía!, pero quienes regresaban
hasta aseguraban no haberle conocido.
Y hoy, no sé cómo, críticamente, de repente, con son
rojo,
vine a tu casa y secamente te dije: Qué tal.
Entonces sonreíste como siempre y una sola pregunta tienes: Entra.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia