Gobierno de Iván Duque contra la Constitución Política de Colombia

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico asmedista Alejandro Hernán Quintero Galeano (foto)
Ginecoobstetra

El 7 de agosto de 2018, al asumir la presidencia, IVÁN DUQUE MÁRQUEZ hizo juramento público en donde se comprometía a defender La Constitución y la Ley; hoy, a pocos meses de su salida, tenemos a uno de los gobiernos que más ha violado las normas constitucionales, que la ha atropellado y pasado por encima, voluntaria y conscientemente, así como muchos de sus funcionarios, con gran desparpajo; pero, ¿quién juzga al presidente?

El dicho popular reza: “desde el desayuno se conoce lo que será el almuerzo”; fueron muchas las mentiras expresadas por Duque en campaña contrastadas posteriormente con su ejercicio real; ejemplos de ello tenemos muchos, solo para citar dos casos: “menos impuestos y más salarios”, “no a la financiación del narcotráfico ni al fraude electoral”.

Duque representa hoy uno de los presidentes más nefastos de nuestra historia política, no solo por su ineptitud e incapacidad de gestión, sino por su falsedad, corrupción y, en especial, por las violaciones reiteradas a la Carta Constitucional -como bien los expone la abogada Ana Bejarano Ricaurte en su columna de Los Danieles El último Roud 1; tres de los últimos ejemplos más claros son: la reforma a la Ley de Garantías electorales, su apoyo a las declaraciones del general Zapateiro frente al candidato de la oposición y el apoyo a la decisión de su procuradora Margarita Cabello frente a la separación del cargo de Daniel Quintero, pasando por encima de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH en la cual se estipula que una instancia administrativa no puede separar de su cargo a una persona elegida por votación popular; y para acabar de rematar, impone a un candidato de su partido, diferente al movimiento al que pertenece el alcalde -como lo dictamina la ley-, justo en la ciudad en la que se ha dado una gran puja entre la alcaldía y el uribismo, obviamente con intencionalidad política.

La explicación es sencilla, el poder detrás de Duque está conformado por el narcotráfico y los intereses de una élite minoritaria -en cabeza de Uribe Vélez-, violenta y corrupta, dispuesta a todo, que necesita defender a toda costa sus privilegios, élite que ha cooptado el Estado en la mayoría de sus instituciones y no pretende dejarse quitar el poder conseguido pues, como bien lo enunciaba Antonio Caballero en su columna Jinete de tigre 2: “el jinete no se puede desmontar, porque en ese mismo instante el tigre se lo come”; por ello, se permiten pasar por alto las normas constitucionales, sobre todo ahora con el desespero que les genera la muy posible pérdida de la contienda electoral.

Esta situación se agudiza cuando, fuera de Duque, su candidato actual “Fico” no ha podido convencer, por su escasa inteligencia y poca preparación, su vacío discurso, su condición de bacán de barriada, sus relaciones con la Oficina de Envigado y por representar el continuismo del uribismo con sus alianzas con los clanes más corruptos del país.

No es raro, entonces, que obliguen a los trabajadores a asistir a sus manifestaciones, o que paguen por la asistencia a sus eventos; no tienen otra forma de llenar una plaza pública; y, según las encuestas, a pesar de los chorros de dineros en publicidad de su campaña, no tienen electoralmente alternativa diferente a la compra de votos y al fraude.

Fico representa la continuidad del proyecto uribista; el del narcoestado, la corrupción y la violencia que tanto ha desangrado a nuestro país y tanto daño nos ha causado.

Gustavo Petro y Francia Márquez, por el contrario, representan el cambio tan necesario para Colombia. Se requiere desmontar el narcoestado uribista, permitir la democratización de la economía, la justicia y la política; debemos virar hacia la equidad, la justicia social, la paz y la verdad.

La única forma que tenemos de liberarnos de esa terrible noche es acudir masivamente a los puestos de votación este 29 de mayo, depositar y hacer cumplir nuestro voto mayoritario, pues no sabemos las reacciones violentas a las que podamos estar sometidos por parte del uribato; existen posibilidades, tanto de un golpe de Estado por parte de las fuerzas militares con Zapateiro a la cabeza, como de un arreciamiento de la violencia por parte de sus ejércitos paramilitares. Zapateiro, el Clan del Golfo, las autodefensas gaitanistas de Colombia, las águilas negras, son una amenaza directa para nuestro triunfo democrático.

Debido a que, por la cooptación del Estado, no sirven ni la Comisión de Acusaciones ni la Fiscalía General de la Nación ni la Procuraduría General ni la Contraloría ni la Defensoría del Pueblo, y a que este gobierno y su coalición han pasado por encima de la Constitución, han atropellado y masacrado a nuestra población, nuestro deber es salir y votar masivamente como muestra de sanción moral y política, así como de demostración consciente de la necesidad del cambio para Colombia representado por el Pacto Histórico PH; y, como cuerpo conjunto, como unidad democrática, realizar presión social tanto nacional como internacional para que respeten la Constitución.

Esta es la mejor forma de despedir a esta pesadilla para Colombia.

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1 https://cambiocolombia.com/opinion/los-danieles/el-ultimo-round

2 https://www.semana.com/opinion/articulo/jinete-tigre/92505-3/

 

Foto tomada de: www.cronica.com.mx

 

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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