La enfermedad por Coronavirus (La COVID-19) y el Médico – Paciente. Segunda parte

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Las enfermedades no nos llegan de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados contra la naturaleza.
Cuando se hayan acumulado suficientes pecados, las enfermedades aparecerán de repente.
Hipócrates

La salud es la mayor posesión, la alegría es el mayor tesoro, la confianza es el mayor amigo.
Lao Tse

Por: Médico Hernando Restrepo Díaz (foto)
Asmedista

Nuevamente me escribe mi viejo colega y amigo; esto me dice:

—Hola, recordado compañero; como sabes, ya me dieron de alta; casi no logro recuperarme de esa preocupante asfixia que me coge por épocas. También se mejoraron conmigo, y se encuentran ya con sus familias, casi todos los otros pacientes que me acompañaban en aquella sala, destinada para quienes estábamos diagnosticados como positivos para Covid-19. Sólo quedaba uno, costeño él; qué vaina, aunque tiene apenas unos cincuenta años de edad, sus grandes pecados fueron haber sido gran fumador y bebedor durante toda su vida, transcurrida entre la música y su profesorado en colegios. Muy triste es su situación, entrañable amigo; su futuro, si logra salir de esta peste y de sus complicaciones, será el de ser oxígeno-dependiente de por vida.

Respecto de este asunto, en mi caso es extraño; vos lo sabés, nunca fui un gran fumador, solo me dio por tan estúpido y costoso vicio recién graduado, cuando ya me ganaba unos pesos haciendo turnos en nuestro hospital San Vicente y en clínicas privadas —en algunas de ellas trabajamos juntos, tal vez lo recuerdas—. ¡Ya era un Doctor!  Y aunque andaba en buses, sacaba a relucir los cigarrillos más caros y más fuertes de los años 70: los mentolados, de los que me acuerdo sólo de algunas marcas: Kool, Mustang, Salem; y, aunque fumaba poco, empieza el muchacho/Doctor a toser y a toser, con una carraspera la berraca, lo que me obligó a dejarlos (luego de porfiar en fumarlos durante varios meses).  Pero, aunque esto ocurrió hace muchos años, la huella, el daño, persisten, aunque no me afectan de forma severa. Por fortuna, tal vicio lo dejé a tiempo; bien sabemos que si yo hubiese continuado fumando —o quemando la plata, como me lo decía mi madre—, ese hecho podría devenir en una enfermedad mucho más grave (EPOC).

—Bueno, colega, y se sigue hablando del Covid-19 por doquier, es aún algo que incide a nivel mundial en nuestro día a día. Cierto es que su ferocidad en las últimas semanas ha decrecido, lo cual se refleja en la evidente reducción de los contagios y de las muertes, atribuidos al efecto de las vacunas. Es así como ahora observamos que ya no está llegando a los hospicios tanta gente por urgencias, en especial aquellos con sospechas de Covid-19; por ello, se respira un aire de relativa tranquilidad en cuanto a este azote mundial.  Sin embargo, no podemos caer en el sofisma de que ya podemos pasar la página relacionada con tal peste; se nos sigue recalcando no bajar la guardia y continuar con las medidas preventivas —aun aquellos afortunados que tengan completo su esquema de vacunación—.

—A este respecto, permíteme ahora contemplar esto que nos ocurrió en el pasado, cuando estábamos en los días de asueto:

—Recuerdo mucho cómo me vapuleabas cuando jugábamos al ajedrez y al billar; pero, en ocasiones me dejabas ganar algunas partidas -te hacías el pendejo-; y con ello conseguías que yo, el perdedor de siempre, me confiase al emerger como el ganador, así fuera ocasionalmente.  Mas cuando ya duplicamos y hasta triplicamos la apuesta, ahora sí, mi amigo, te decías, «se acabó el pasto» y aparecías como quien realmente eras: el “perro”, para aprovecharse del “marrano”.

—Esta anécdota, yo la asimilo al comportamiento de este bicho, tan chiquito, pero tan agresivo. En mi concepto, está jugando con nosotros, los humanos y perfectos. ¿Cómo se atreve?  ¿Es que no sabe acaso que ya conquistamos la luna y que, incluso, estamos alistando excursiones hacia ella, llevando a los potentados de esta tierra para colonizarla, ávidos de expandir aún más sus riquezas?  ¿Desconoce, igualmente, que somos los creadores de la Internet, revolucionando con ella el mundo desde entonces?  Debería saber, además, ese pequeñito animal, que hemos llegado a crear la inteligencia artificial (IA) -los algoritmos-, y así, las máquinas nos evitan el problema de tomar nuestras decisiones, puesto que ahora ellas las toman por nosotros.

Pues bien, lo cierto es que, a pesar de todo lo anterior, Covid-19 nos plantea todo un desafío y se burla de nosotros, ¡en nuestras propias narices! ¡Siempre ha sido el ganador, desde el principio! Y, de ñapa, nos demuestra, con hechos, que vino para quedarse. Ante él, nuestra pelea -dada a través de la comunidad científica internacional- siempre ha sido y será desigual, mientras no logremos erradicarlo/vencerlo. Por ahora, mi caro amigo, por lo menos en el caso de esta pandemia, nuestra situación sigue siendo desesperante; y, de nuevo, David vence a Goliat.

—Veamos:

Ya en varias ocasiones, dentro del prolongado tiempo que lleva esta pandemia, muchos nos hemos llenado de confianza, bajando la guardia, especialmente cuando aparecieron las tan esperadas vacunas —las que serían la panacea, nuestra salvación—. Y así fue, llegaron; pero, quiero hacer notar cómo, extrañamente, no solo nos ofrecieron una vacuna, sino varias marcas de ellas, hecho que de verdad desconcertaba al aparecer una sobreoferta/competencia de marcas de vacunas. Bien, pero, ¿qué ocurrió cuando nos vacunamos? bajaban los contagios y, por ende, las muertes a nivel mundial, es cierto; mas, para enrostrarnos nuestro mayor pecado, el de ser tan ingenuos, al poco tiempo reaparecía nuestro fatal enemigo, adoptando otra faz –variante-, y dejando a su paso una nueva estela de contagios y de muertes –ola-, en todo el orbe.  La respuesta de la comunidad científica, consistió en que debíamos aplicarnos una vacuna de refuerzo y, de nuevo, ciertamente se calmó la ferocidad del Covid-19 —situación que tranquilizó a todas las regiones—; entonces, nos dijimos, a bajar la guardia, aquí no pasa nada, ya acabamos con el enemigo —aún sin conseguir siquiera en muchos países una amplia cobertura de la vacunación, ni lograr al nivel mundial, ni mucho menos en nuestro medio, la tan publicitada inmunidad de rebaño—.  Así que, ya no es necesario el uso de la mascarilla/tapabocas, que sigan los espectáculos públicos masivos y la concurrencia a los estadios, parques, cantinas, discotecas, centros comerciales, hoteles/moteles, etc.; no hay por qué suspender las fiestas familiares ni los conciertos; y, claro está, que sigan llegando turistas por miles -sin los controles debidos-.

—Por supuesto que, a renglón seguido, nuestras autoridades de salud (las mismas que autorizaron tales aglomeraciones) cumplían con decirnos que cada uno debería cuidarse, seguir con las medidas de prevención; pero, nosotros, los latinos en especial, tomamos todo a la ligera -según ello nos convenga y nos exija el menor esfuerzo-. ¡Nuestra costumbre siempre ha sido confundir la m… con la pomada!

—En fin, caro amigo, para comprender mejor todo lo anterior y lo que se nos puede venir encima por ingenuos, te invito a que repasemos apartes de los conceptos emitidos hace pocas semanas por el doctor Ulahy Beltrán López, en su artículo titulado: «Vamos con calma que lo que está en juego son vidas humanas«, tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia (*Boletín Momento Médico #391del 19 febrero de 2022).

“… Lo primero que debe reconocerse es que la pandemia está vigente en el momento, aunque es innegable que, con un número de casos diarios en tendencia decreciente en la mayoría de las regiones, pero todavía bajo la existencia de la pandemia por Covid-19.

Esta semana, Hong Kong ha reconocido que la quinta ola del coronavirus (sí, ya se anuncia la “quinta ola” allí) ha desbordado al sistema sanitario con cifras récord de nuevos contagios diarios y, según la jefe del Gobierno de Hong Kong Carrie Lam, esa quinta ola desbordó la capacidad de la ciudad, incluso el análisis de lo que allí ocurre indica que los contagios diarios se han multiplicado por 13 en las dos últimas semanas, pasando de unos pocos a miles cada día, con la aparición de los primeros fallecidos en febrero, desde el mes de septiembre de 2021.

Desde España se ha anunciado en esta mitad de semana que, si bien la incidencia de la pandemia marca un descenso, el Ministerio de Sanidad informó que este miércoles hubo 444 fallecimientos relacionados con el coronavirus, siendo esta la cifra más alta de decesos desde marzo de 2021 en dicho país europeo.

Frente a la principal herramienta utilizada en esta guerra con este enemigo invisible, como es la vacunación contra el virus, ya se está hablando en Suecia de una cuarta dosis para todas las personas mayores de 80 años, así como para los que viven en hogares geriátricos, independientemente de qué edad tengan. Incluso, en países como Israel, Dinamarca y la misma España, se anuncia que implementarán una cuarta dosis para personas vulnerables y/o mayores… Esa realidad no homogénea de las coberturas de vacunación en los países, para tomar cualquier decisión de eventuales levantamientos de medidas restrictivas o de bioseguridad, debe también relacionarse con lo que son los momentos de la cuarta ola generada especialmente por la variante ómicron y que está mostrando que en algunas partes del mundo el nivel de contagio está en aumento franco en el número de nuevos casos diarios, en otros está en el máximo pico, en otros está en el inicio de su descenso y en otros ya hay un franco y sostenido descenso en el número de nuevos casos, aunque no cesan los fallecimientos atribuibles al coronavirus en todos esos países.

… Para los expertos nos resulta imprescindible analizar la situación que está dándose en algunos países donde los niveles de vacunación son muy bajos y también tienen muy baja capacidad de diagnosticar casos nuevos; es el escenario propicio para que se consideren esos países en “condiciones ideales para que emerjan nuevas variantes del coronavirus”.  Toda esta situación hace que la OMS ratifique que la falta de vacunación en 116 países implica que no podrían alcanzar el objetivo global que la humanidad se haya vacunado en un 70 por ciento a mediados de 2022.

Con esa panorámica del mundo, la situación en Colombia es un fiel reflejo de esa vitrina internacional: hay un nivel de vacunación muy desigual entre las diferentes regiones; esa falta de coincidencia en los alcances de la vacunación se puede observar entre los diferentes grupos poblacionales y en los diferentes momentos de la vacunación (primeras y segundas dosis, además del refuerzo).  A esa realidad nacional, debe sumársele en el análisis de la foto de la pandemia de hoy en Colombia el comportamiento asincrónico que ha tenido ómicron en los diferentes territorios, observándose que en el país se viven distintos momentos pandémicos en las diferentes regiones del país (unas regiones aumentando en el número de casos nuevos, otras en el pico, otras en un descenso incipiente y otras en un franco y sostenido descenso).

No se puede dejar de lado al momento de buscar respaldo técnico y epidemiológico para considerar el levantamiento de las medidas restrictivas y de bioseguridad, lo que está ocurriendo con las variantes ómicron y delta en Colombia. El Instituto Nacional de Salud reportó la semana anterior que, si bien la variable predominante en estos momentos es la ómicron, en Colombia está coexistiendo simultáneamente aún en algunas regiones con la variante delta que es altamente letal, por lo que levantar la medida del uso del tapaboca en esas regiones, que además presentan aún coberturas muy bajas en la aplicación del refuerzo vacunal y de manera especial en grupos poblacionales de alto riesgo, resulta a todas luces una medida no procedente y peligrosa.”

*Boletín Momento Médico #391 del 19 febrero de 2022

Esta historia continuará.

 

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia