Protesta social

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico asmedista Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Escritor

La protesta social no la incitó Petro.  La hizo una juventud pobre acorralada por EL HAMBRE y la falta de oportunidades. Una juventud que siente que sus derechos han sido violados al ser convertidos en negocios para unos pocos.  Una juventud que sabe que más de veinte millones de compatriotas sólo comen una vez al día y cinco millones viven con menos de $ 4.000 diarios.  Una juventud cansada de sufrir y esperar las migajas de un cúmulo de políticos y banqueros ladrones.

Petro es un líder que fue guerrillero de la milicia social del M19 donde no hizo parte de secuestros ni asesinatos, pero sabiendo que todo estado guerra es grotesco y desalmado.  ¿Acaso Bolívar no mandaba a fusilar y arrasar pueblos «realistas»?  ¿Truman no asesinó 100.000 japoneses en diez minutos tras el lanzamiento de las dos bombas atómicas buscando «la paz»?

Estimular la protesta es un acto político necesario en un Estado inequitativo como es Colombia.  El vandalismo es producto de los desadaptados e infiltrados (muchos de ellos pagados por la derecha para desvirtuar y condenar).  La protesta sigue como también la orden de reprimirla desde su origen en los puntos de resistencia de los barrios: jóvenes muertos y cercenados por la fuerza pública y asesinos de derecha justificados por la Cabal.

Además de bonitos edificios, puentes (que se caen), casinos, hermosos centros comerciales, clubes y fincas, Colombia es bien diferente; es pobreza, guerra, despojo, desempleo, llantos de madres campesinas enterrando a sus hijos.

Ese 20% del paisaje que creemos es nuestro país, lo sentimos como único pues muchos vivimos cómodos desconociendo que ese otro 80% se muere de hambre y dolor.  Por eso, Petro es una opción, como también lo es Rodolfo Hernández, un constructor millonario que, al verse rodeado de ladrones y esquilmadores del erario, se da una oportunidad de servir al país prometiendo recuperar la esperanza perdida y esos 55 billones que cada año se roban.

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia