Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: médico asmedista Hernán Gaviria Quintero
Especialista en Gerencia de Servicios de Salud y en Salud Pública
Docente de la Especialización en Seguridad Social de la Universidad Autónoma Latinoamericana –UNAULA–
E-mail: [email protected]
Antes del inicio de la década del setenta y en sus primeros años, hubo una masiva llegada de estudiantes de otras regiones del país a las universidades de Medellín, pero en especial a la Universidad de Antioquia, en su aspiración a convertirse en profesionales. Entre ellos, llegó German Reyes Forero, egresado de los aguerridos colegios públicos de Bucaramanga, mucho antes de los comienzos de la Universidad Industrial de Santander. En el campus universitario de nuestra Alma Mater, solo se oía hablar del movimiento campesino con su consigna la “tierra pa’l que la trabaja” como forma de enfrentar formas feudales de aparecería o el apego de terratenientes a grandes haciendas. A los obreros, que dedicaban su tiempo a fortalecer sus sindicatos con creativas formas de comunicación que llamaban a la movilización y solidaridad de clase que tanto aterra a los de hoy.
En las parroquias barriales los sacerdotes bebían las orientaciones de la Teología de la Liberación, unidos a las luchas sociales, consolidando viviendas para los necesitados en zonas de invasión. El movimiento estudiantil, tanto de universidades públicas como privadas, copaba las calles y llamaba a no creer en farsas electorales después del raponazo de las elecciones presidenciales de 1970. Las tropas americanas sufrían la estruendosa derrota militar en Vietnam; las visitas de cortesía de Kissinger, secretario de Estados Unidos, a América Latina, considerada el patio trasero de los gringos, enfurecieron a los estudiantes y las calles de las grandes ciudades estallaron en polvorines. Este ambiente propició el enrolamiento de German a esa “conmoción interior” como la llamaban los gobernantes. Los “campamentos universitarios” sirvieron para motivar a estudiantes de derecho, ingenierías, medicina, economía y otras carreras, para ir al campo a desnudar y conocer la cruel realidad de los campesinos. No dudó German un minuto; en todos los fines de semana fue a parar a cualquier vereda del Suroeste antioqueño, con la música antillana y de protesta de le época como compañía: Mercedes Sossa, Silvio Rodríguez, Victor Jara, y otros “campamenteros universitarios” que supieron entender semejantes dramas sociales.
Como pichón de médico, con algunos semestres aprobados, entendió que fue su oportunidad de formarse en Medicina Social, pero también en economía, en historia, en filosofía, sociología. Ese médico integral que tanto recomendó el profesor Héctor Abad Gómez. Tampoco faltó en las luchas de la Facultad de Medicina, en especial en la confrontación a aquellas propuestas de misiones norteamericanas que recomendaban “mayor sencillez” en la formación médica, pero en especial alejados de lo social y de las humanidades, como forma de mantenernos doblegados y sumisos a los conocimientos de la instrucción gringa. Con su grado de médico en 1976, optó por su única especialización: sindicalismo. La Asociación Médica de Antioquia – MDA–, referente de grandes reivindicaciones y especie de club de amigos, fue forzada, junto a las demás asociaciones del país, en su transformación en un gran sindicato denominado ASMEDAS. German no dudó en ocupar sus espacios; llegó a algunos cargos de dirección en Antioquia y a nivel nacional, espacios que marcaron su rumbo de vida definitivo para los cuarenta años siguientes. Hasta el día de hoy que se nos fue. Como médico y como trabajador de la salud recibió su justa pensión por parte del Estado, pero como dirigente sindical recibió la de Presidente Vitalicio y Honorario de ASMEDAS, para que perdure en nuestras mentes. La justificación está consignada en la portal de ASMEDAS:
“Toda una vida llena de sabiduría, compromiso y constancia en la lucha gremial, sindical y social, y sus contribuciones en los aspectos sindical, político, social y cultural con proyección al sector de la salud y a la comunidad en general.
Por la unidad de los médicos y de todos los trabajadores de la salud. Por la defensa de las instituciones públicas de la salud. Por la defensa del derecho a la salud para todos los colombianos. Por un trabajo digno y decente para todos los médicos y demás trabajadores del sector de la salud”.
En su natural desconfianza de nuestra manipulada democracia, llegó al Congreso de la República como Representante a la Cámara (2006 – 2010) por el fervoroso apoyo de los trabajadores y en las filas del POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO, como ejercicio de unidad. En sus anales figuran sus críticas al desastroso modelo de salud imperante, al saqueo impune de nuestras riquezas naturales, al señalamiento de la corrupción y el clientelismo.
¡Amigo German, hasta siempre!
Medellín, 17 de diciembre de 2021
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia