–Emergencia mundial: Insufrible tragicomedia mundial, diaria.
–Emergencia nacional: Insufrible tragicomedia nacional y regional, diaria.
–Y ahora, cuando regresaron los deportes: ¡mucho más circo! ¡Mucho menos pan!
Con la producción, la actuación y la dirección de UNADECOM: Unión de narcisistas, demagogos y corruptos del mundo.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Hernando Restrepo Díaz (foto)
Asmedista
La progresiva degeneración de la especie humana, se percibe claramente en que cada vez nos engañan personas con menos talento. Blas Deker
Los hombres son tan simples y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar. Nicolás Maquiavelo.
¡Hola amigo, hola queridísimo y afectuosísimo Covid-19! Antes de comenzar, a ver, ¡primer chequeo de micrófonos! Cuidado nos pillan nuestros envidiosos opositores hablando pendejadas, que es lo que aquí hacemos a diario.
¡Bueno, y se nos vino diciembre! El último que nos tocará disfrutar pues, como sabemos, varios de nosotros ya casi varios terminamos nuestros períodos como primeros mandatarios de nuestras regiones en el mundo; y nos vamos a ir de aquí sin saber a qué vinimos cuando ocupamos estos altos cargos; ¿recuerdan que nuestros viejos y ya caducos líderes (ya con el Alzheimer encima) nos decían: solo aportan muchos millones para la causa y cuiden sus bellezas, y listo? Como en un concurso de belleza, o como en la TV o el cine, y así fue como subimos hasta donde estamos. Pero, de verdad que esto lo puede desempeñar cualquiera, siempre que cumpla con las condiciones anotadas. Y todo nos toca peladito: aquí nos sentamos solo a leer (¡ni siquiera nos preguntaron si sabíamos leer!), lo que nos escriben los muy costosos asesores que pagamos -con los dineros del erario público, por supuesto-, en el computador y en el teleprónter, y tenemos también los audífonos inalámbricos e intracanales por los que nos dictan lo que tenemos que decir (para que no metamos las patas!); solo nos toca hacer la mímica del caso y listo, y así les hacemos creer a nuestros electores que sí sabemos de lo que estamos hablando; además, como si lo anterior fuera poco, tenemos comprados a todos los medios de comunicación hablados y escritos, sólo expresan lo que les conviene a nuestros gobiernos, lo que les indican esos mismos asesores que nos arropan.
Pero, ¡se nos acaba la dicha! No saben cuánta angustia he sentido al pensar que en pocos meses ya no podré mostrar esta cara hermosa en la TV, a todas horas, hasta en los días festivos; no he hecho sino llorar y llorar, llorar y llorar, como en la ranchera: sniff y sniff, sniff y sniff; ¿cuándo nuestros caciques alzhermiados me darán otro chancecito como este que tanto he disfrutado? Me disculpan, compañeros, pero la emoción me embarga, ya vienen con mi aromática de manzanilla; CORONA, ¿amigazo, que quieres tomar? Me dice que quiere aromática de murcielaguito, ya se la voy a encargar; y a la vez me anima, él me garantiza que en el 2022 continuará haciendo desastres. ¡y que no hay vacuna que le sirva! Se echa a reír porque cada que coge otra personalidad distinta (lo que llaman cepa), corren a inventarse otra vacuna, y otra y otra, porque cepas es lo que tiene para adoptar.
A ver, amigos, ¡otra revisión de micrófonos! ¿Todos cerrados? Listo, ¡Y démosle un fuerte aplauso al Covid-19, aquí presente! (Aplausos y algarabía). Gracias mil, entrañable amigo y benefactor, ¡eres un berraco! pues con los tremendos daños que has causado a nivel mundial con tu pandemia, nos has facilitado usarla como la mejor cortina de humo que jamás hayamos pensado; pero, eso sí, recuerda que en los meses que nos faltan en el poder debes incrementar tus males para que podamos tener el pretexto de seguir con esas presentaciones. Y para continuar con nuestras exitosas salidas a las regiones que tanto las esperan para hacernos el signo de triunfo con los pulgares hacia arriba. Claro que no faltan los negros, pobres, feos y vagos, esos despreciables de los estratos 1, 2 y 3, que nos muestran sus pulgares hacia abajo, ¿cómo se les ocurre hacernos esa señal de fracaso?
Así, lo que buscan es indisponernos con nuestros caciques politiqueros, con los adalides de nuestros nombramientos. Aquí entre nos, no podemos hablar de que tenemos líderes políticos, sino de politiqueros, puesto que la política, siendo como lo es, una hermosa ciencia, requiere de profunda preparación y estudio y esto solo lo vemos hoy en muy pocas regiones del mundo, pero no entre nosotros.
¡A ver, hagamos la última revisión de micrófonos! ¿Todos apagados? Bueno, es que les quería decir que tenemos que reconocer, mis amigos, que nuestros gobiernos -en especial el mío-, han sido de lo peor que hayan tenido estos pueblos. Y más que todo se ve reflejada nuestra desastrosa labor en el manejo que le hemos dado a esta pandemia, mi país, por ejemplo, ha estado dentro de los que han encabezado la lista con la gran cantidad de contagios y de muertes que se siguen viendo. No tienen en cuenta la gran cantidad de recuperados que hemos tenido, y por los que sacamos pecho. Todo ello, debido a que nuestros trabajadores de la salud han disfrutado de las mejores condiciones laborales que hayan soñado, y de las inigualables medidas de protección para sus labores con las que han contado durante esta peste. Que se muera alguno de ellos de vez en cuando, es por su descuido. De todos modos, buscamos desesperadamente otras cortinas de humo, para distraer la atención de las gentes hacia esta peste y, por eso, nos inventamos conflictos con países vecinos o lejanos, y también peleas con funcionarios sin tacha, o con nuestros opositores y seguros sucesores.
Bueno, amigos, ya nos vamos a celebrar la navidad con los nuestros. Les cuento que les hemos pedido a todos nuestros funcionarios oficiales que nos digan lo que le están pidiendo al niño Dios, y todos, a una sola voz lo que quieren es ¡más mermelada! ¡y más!, ¡y más mermelada! No están llenos con toda la que hemos repartido hasta hoy; no hay problema, para eso está en nuestras impecables manos todo el dinero del erario público.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia