No sé si es el comienzo o el final de algo

Tomado de: www.periodicoelcorreo.co

Por: Enfermera Briseida Sánchez Castaño (foto)
Columnista de El Correo

Otra vez es viernes en la noche y, mientras la ciudad duerme, los hospitales están al otro lado de la ciudad librando un combate contra la muerte.

Médicos, enfermeras y paramédicos, con máscaras que les aprietan la carita, van y vienen a prisa por los largos y fríos pabellones iluminados con luz blanca; un cansancio en los pies y un dolor en la espalda por estar tanto tiempo sin poder sentarse.  Las horas aquí trascurren tan rápido que cada minuto vale lo que vale una vida y son tantos los moribundos tirados en esas camas metálicas, con cuerpos flacos, pálidos, sudorosos, cansados, con un pecho retrayéndose al ritmo de un corazón intentando aspirar a través de esa máscara de oxígeno sus últimos minutos de vida, todos están tan solos, tan tristes, tan lejos de lo que fue su vida hace tan solo una semana… Así transcurren las horas en el lugar de la tierra más cerca de la muerte, así se vive el tiempo más íntimo, más solitario, más difícil, más extraño que puede tener una vida.

Es viernes por la noche y estoy aquí en el confort de mi escritorio; puedo respirar tan apaciblemente el oxígeno tibio de mi estudio, la noche es fría y un abrigo me cubre tan suavemente la piel y, aun así, me sobran los pies y el corazón late al ritmo de los enfermos que están allá tras esos muros blancos: no puedo sentir aunque lo imagine, lo que están experimentando ahora mismo tantos seres humanos; reconozco este momento como un destino trágico que nos ha tocado vivir; miro hacia adelante y, cuando voy aquí subida en este pasaje del futuro, no sé precisar si nuestra especie tendrá que enfrentar la muerte que da el Covid dentro de una cotidianidad que a fuerza de repetirse nos acostumbrará más a la mortalidad y nos quitará el miedo a morir.

No sé si estamos viviendo los primeros años de una especie que cambió su forma de estar en la tierra o si volveremos a sentirnos tan confiados como antes de comenzar este tiempo tan ajeno.  Éramos tan felices antes y ahora experimentamos esta terrible nostalgia por ese pasado que ya en este momento no lo podemos tocar con las manos.

Tomado de: www.periodicoelcorreo.co