La delicadeza que tuvo el universo de hacer seres inimitables

Tomado de: www.periodicoelcorreo.co

Por: Briseida Sánchez Castaño (foto)
Enfermera, columnista de El Correo

(Artículo publicado originalmente el 25 de diciembre de 2020)

Esta pandemia me ha hecho pensar en lo endeble que puede ser la especie humana y lo cercana que puede estar la extinción de los humanos sobre la tierra.

Me he preguntado todos estos días, a propósito de la última noticia sobre las nuevas mutaciones del SARS-CoV-2, si estamos asistiendo al comienzo del apagamiento de la humanidad sobre la tierra y aún no alcanzamos a sospecharlo, y si de pronto esto que estoy pensando es cierto, quiero cavilar sobre lo que más me ha sorprendido del universo y es la delicadeza que ha tenido en concebir la individualidad.

Es una fineza del cosmos parir por montones cerca de ciento diez mil millones de seres humanos que van hasta ahora desde que aparecimos y, a pesar del gentío, tener la sutileza de hacer a cada uno distinto del otro, ciento diez mil millones de seres singulares.  ¿Cómo logra el cosmos tener siempre una novedad con cada ser humano que produce?  ¿Cómo logra alterar cada trozo cósmico que nos constituye para que salgamos distintos unos de los otros?

Es un detalle del universo concebir a cada pedazo suyo un ánimo desigual que hace la distinción; esta exquisitez de que no haya existido, ni exista y que no existirá otra idéntica a mí entre tanta multitud es una verdadera cortesía que el cosmos ha tenido con los seres humanos.

Quizá no nos hemos sentado a mirar lo impagable que es este favor tan maravilloso y el detalle de que cada uno de nosotros seamos únicos y que podamos tener la absoluta certeza que desde que comenzó la civilización humana, hace cincuenta mil años, y que en todo el futuro que tenga la civilización y el universo, no sacará otra serie como yo.

Quizá el universo quiso compensar el hecho de que la pasantía por la vida era corta al compararla con la edad de la humanidad sobre la tierra y la reparación a esa finitud fue asegurarnos, a prueba de todo, que seremos inimitables, que el universo ni si quiera por error repetirá a otra como yo; esa es, quizá, la compensación por tenernos que morir alguna vez. Siempre en cada ser que se produzca habrá una innovación, una primicia, una invención, un descubrimiento, un acontecimiento nuevo, una alteración, una variación, un algo que nos hará inconfundibles y que al juntarnos podremos tener la certeza de que no encontraremos otro igual.

Tomado de: www.periodicoelcorreo.co