‘El secretismo que rodea adquisición de las vacunas no ha sido bueno’

Entrevista de Yamid: la Federación Médica Colombiana critica el manejo de la vacunación en el país

Tomado de: www.eltiempo.com

Cerca de cien millones de casos (94’295.595 este sábado) y más de dos millones de fallecimientos registra el ataque del covid-19 en el mundo entero. En Colombia nos aproximamos a 2 millones de personas contagiadas (1’891.034 este sábado) y cerca de 50.000 muertos, de acuerdo con las cifras oficiales de John Hopkins, la primera universidad dedicada a la investigación en los Estados Unidos.

Las aterradoras cifras de la pandemia no solo han transformado radicalmente la vida de todos los colombianos, sino que han golpeado con fiereza todas las actividades del territorio nacional. Todas. Sin excepción.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia continuará afectando a todos los países en el año que apenas comienza. La normalidad no regresará este año, vaticina la entidad.

En el país se plantean una serie de interrogantes y controversias sobre el tema de las vacunas compradas por el Gobierno.

El médico pediatra de la Universidad del Rosario Sergio Isaza, profesor clínico de la Universidad de Los Andes, es el actual presidente de la Federación Médica Colombiana y tiene reparos sobre el carácter secreto con el que el Gobierno maneja el asunto de las vacunas. Isaza asegura que la información que suministra el Gobierno “ha sido contradictoria, insuficiente, imprecisa e inoportuna”.

Varios países ya están vacunando. ¿Cree que Colombia se demoró mucho en contratar o comprar las vacunas?

Pienso que esa respuesta está en los contratos y en los criterios de la negociación que han sido secretos. Sabemos que los contratos que se han hecho son: Janssen por 9’000.000 de vacunas; esta requiere una sola aplicación y cubriría a igual número de personas. Pfizer, por 10’000.000 de dosis; esta vacuna debe ser aplicada en 2 dosis y requiere ultrarrefrigeración. Cubriría a 5’000.000 de personas. AstraZeneca, 10’000.000 de dosis para 5’000.000 de personas puesto que exige dos dosis.

Por último, a través de la estrategia internacional Covax se han solicitado 20’000.000 de vacunas diversas, todas de dos dosis, no sabemos cuáles, con lo cual se cubriría una población de 10’000.000 de individuos, para un total de 29’000.000. Es de tener en cuenta que el número necesario para lograr una inmunidad de rebaño en el ámbito nacional es de 35’000.000 de personas vacunadas.

¿Teniendo en cuenta que Covax no es un laboratorio, sino un convenio de naciones, vacunas contratadas no hay sino para menos de la mitad de los colombianos?

Hasta ahora, de acuerdo con la información dada directamente por el ministro de Salud, las cifras son las que he mencionado, pero él asegura que se cubrirá a toda la población.

En una declaración el contralor general, Felipe Córdoba, dijo el jueves que los contratos sí existen pero que los laboratorios que las producen “no tienen obligación de venderle a Colombia”… ¿Eso no es contradictorio?

Entonces es necesario diferenciar entre solicitud de venta y contrato de venta, pues se supone que en este hay un compromiso adquirido, pero también es cierto que ese compromiso puede estar condicionado a forma de pago, cuota total o inicial, condicionamientos para ser vendidos, etc. Tal vez ahí es donde están las cláusulas de confidencialidad que revisten de secretismo ese proceso, con lo cual no estamos de acuerdo por tratarse de bienes públicos.

¿Por qué no están ustedes de acuerdo con la confidencialidad?

Entendemos que este tipo de contrato tenga cláusulas de confidencialidad para proteger secretos industriales y de propiedad intelectual, por ejemplo, pero en la medida que las vacunas son medicamentos de interés público y se van a utilizar dineros públicos, aspectos como el precio de cada dosis de vacuna debería ser conocido, para poder compararlo con los precios internacionales. O los condicionamientos que imponga cada contrato para la venta de estos bienes de interés público. Por ejemplo, fue noticia reciente que una compañía farmacéutica productora de una de las vacunas había condicionado al Gobierno el cupo y la venta si le daba derecho a explotar glaciares, que son patrimonio de la nación.

Ante la promesa de vacunar primero a médicos y personal de la salud, ¿tiene la Federación Médica Colombiana un estimado de cuántas vacunas se requieren para protegerlos?

Un estimativo rápido nos habla de cerca de 100.000 médicos vacunados completamente, es decir, ya sea con vacuna de una sola dosis o de dos dosis.

¿Cuántas personas del cuerpo médico y auxiliares han sido victimas del covid?

Según datos actualizados, al 8 de enero de este año hemos tenido que despedir a 152 colegas. Hay otras víctimas que son los médicos que han superado la enfermedad pero cuando van a reintegrarse a su trabajo encuentran que no les renuevan el contrato y que la ARL (admistradora de riesgos) no les responde por su incapacidad. Varios de ellos han tenido que usar acciones judiciales para que se les respete ese derecho.

¿A qué atribuye la renuencia del ministro de Salud de revelar la fecha en la que se iniciaría la vacunación?

Al secreto del que está investido este proceso. Podríamos hacer muchas inferencias que prefiero no comentar.

Países como Argentina iniciaron desde diciembre la inmunización con la vacuna rusa, que ese país ha dicho tener disponible para las naciones que la necesiten. ¿Qué opina?

Podría ser una posibilidad. Sin embargo, hay quienes dicen que no tiene suficiente evolución en fase III, pese a que la OMS la ha aceptado como una de las alternativas y que AstraZeneca propuso usarla combinada con la suya, pues en los informes de seguimiento en cuanto a eficacia ha demostrado 96 % de eficacia.

Están vacunando en México, en Argentina, en Brasil, en Chile, en Costa Rica… ¿Por qué Colombia está tan atrasada?

Ante esa pregunta se me agolpan en mi cabeza no pocas respuestas, pero son solo opiniones mías que tienen que ver con el manejo general que ha dado el Gobierno a esta pandemia, el cual no brilla por su carácter preventivo ni, mucho menos, debida y suficientemente planificado y oportuno.

¿La Federación tiene pruebas de que las vacunas que se aplicarían no producen efectos secundarios?

En medicina sabemos que no hay un solo procedimiento ni medicamento que carezca de potenciales efectos colaterales o secundarios. Precisamente, los tiempos que les recortaron a las fases III y IV se relacionan con la vigilancia en seguridad por efectos secundarios y tiempo de duración del efecto protector de cada vacuna. Y es por eso que las farmacéuticas condicionaron las negociaciones a que los países, que no fueron todos, expidieran rápidamente una ley que las exonerara de responsabilidad por causa de esos efectos. Ya el Congreso de la República aprobó esa ley que las exonera de responsabilidad y compromete al Gobierno a adquirir el seguro que lo proteja contra demandas por esa causa.

¿Tiene la Federación información oficial sobre cuándo se iniciaría la aplicación de la vacuna?

De voz directa del ministro de Salud, “a mediados de febrero de este año”.

¿No saben en la Federación cuál será el cronograma de inicio de la aplicación? ¿Quiénes serán los primeros?

Sí. Según el Plan Nacional de Vacunación, ese cronograma supuestamente se desarrollará en cinco etapas. Lo que no sabemos son las fechas.

¿Y en materia de edades se debe dar prelación a quiénes? ¿Qué orden propondría la Federación?

De acuerdo con el mismo plan, le respondo así: etapa 1, para vacunar al 100 por ciento de trabajadores de la salud y apoyo a la primera línea de atención, así como al 100 por ciento de la población mayor de 80 años. Etapa 2, para quienes estén entre los 60 y los 79 años y para trabajadores sanitarios de segunda y tercera línea. Etapa 3, para personas entre los 16 y los 59 años de edad con comorbilidades y todos los maestros y profesores de todos los niveles educativos. Etapa 4, para cuidadores institucionales, ICBF, por ejemplo, y Fuerza Pública. Por último, etapa 5, población entre los 16 y los 59 años, sin comorbilidades. Consideramos que sería conveniente que el sector educativo estuviera en la etapa 2, por cuanto están en continuo contacto con población de alta probabilidad de ser portadora asintomática y que no va a ser vacunada.

¿Ustedes le han formulado preguntas al Gobierno que este se niegue a responder?

Hemos hecho propuestas como la actividad permanente y fuerte de equipos de salud pública que hagan atención primaria consistente en la realización de pruebas para hacer seguimiento a quienes resulten positivos y a sus contactos con el fin de establecer los cercos epidemiológicos específicos que deberían ser rigurosamente vigilados y controlados, para mencionarle solamente una de ellas. Hemos preguntado por qué no se hacen la cantidad permanente diaria de un mínimo de 50.000 pruebas, partiendo de que por cada resultado positivo se deben hacer 100 pruebas en la población en riesgo.

¿Las vacunas deben ser pagadas o distribuidas en forma gratuita?

Por ser un bien público y la pandemia, una calamidad de orden nacional y mundial, debe ser gratuita. En Colombia la salud es un derecho fundamental y, por lo tanto, es obligación del Estado garantizarlo.

¿Tenemos suficiente personal de médicos y enfermería para aplicarlas?

El ministro ha informado que no, pero que, junto con el Sena, se están capacitando vacunadores.

¿Siempre se aplicarán dos dosis, o es según el laboratorio?

La vacuna de Janssen es de una sola dosis y las de Pfizer y AstraZeneca, de dos.

¿Si la persona que se vacunó una vez no recibe la segunda dosis, la primera será inocua?

No necesariamente, pero es probable que su protección sea menor. Eso lo dirá el seguimiento de la población vacunada en estudios que determinen la persistencia del nivel de anticuerpos a lo largo del tiempo. Hasta ahora, los estudios han demostrado protección a 8 meses de ser vacunada una persona.

¿La Federación considera que todo el tema de las vacunas ha sido correctamente manejado por el Ministerio de Salud?

Hemos cuestionado el secretismo que ha rodeado el proceso de adquisición y la discordancia de la información entregada por las altas autoridades. Nada de eso genera confianza. A pesar de que existan cláusulas de confidencialidad, los objetivos, condiciones y obligaciones de las partes deberían ser conocidas por la población.

La logística no tiene por qué ser confidencial. La poca confianza induce a disminución en la credibilidad del Gobierno y eso lo que hace es que las organizaciones antivacunas prosperen y hagan de las suyas en las redes sociales, donde no es el pensamiento científico el que más las utiliza.

En resumen, la información contradictoria, insuficiente, imprecisa e inoportuna ha sido dominante y eso no es un buen manejo de una campaña que pretenda convencer a la totalidad de la población.

Por: YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO

Tomado de: www.eltiempo.com