¿Héroes de qué?

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médicos Alejandro Hernán Quintero Galeano
Y Carlos Segundo Oliveros Peralta
Asmedistas

Hoy, en plena crisis, con pandemia en el sector salud, al personal al que tildan de ser los “héroes” de estos períodos aciagos, de esta temporada infernal que apaga las almas y voluntades, a quienes se “homenajeó” con jornadas de aplausos, rápidamente se les hace caer en desdicha por la voluntad oficial. Filas de aplausos recorren los primeros metros del carro funerario, donde yace el cuerpo frío de una enfermera, un galeno, de un servidor que, aun con miedo, actuaba determinado, enfrentando las olas invisibles del monstruo que se alimenta de la carne de nuestros padres y abuelos. ¿Reconocimiento post mortem?

En Colombia, a pesar de que se mencionan los héroes, estos no son los que se exponen a la muerte batallando día a día por la salud de sus semejantes; no, porque el poder con sus estructuras privilegia a los hacedores desde el gobierno del caos.  Son, esos otros, falsos héroes, administradores, que hacen y deshacen desde sus cargos, privatizan la salud, destruyen las instituciones públicas re-estructurándolas con el fin de la ganancia para particulares, no para el beneficio colectivo; son los que tercerizan e informalizan a los verdaderos batalladores. Esa es la realidad de nuestra sociedad manipulada: el héroe es tratado como villano, el villano como héroe.

Nada raro que en este país de realismo mágico, a la gerente de METROSALUD, funcionaria de un alcalde «progresista», se le ocurre la “brillante idea” de reestructurar la institución pública de salud más grande de la ciudad, despedir 425 empleados de los centros periféricos que brindan cobertura a los sectores más vulnerables, casi 100 de ellos médicos, en la mitad de una pandemia que ya ha asesinado a cerca de 40.000 personas en un año.

Daniel Quintero, el «progresista», el del medio, de los que no polarizan, inicia el desmantelamiento, el marchitamiento de la red de atención pública METROSALUD, argumentando como siempre que no hay plata, que hay que bajar costos, no de publicidad; donde gasta una fortuna del erario público, no hay plata es para la salud. En este extraño mundo de Polombia, las fotos son más importantes que los enfermos y los fotógrafos que los médicos, las enfermeras, los químicos farmacéuticos, bacteriólogos, fisioterapeutas, técnicos en radiología, nutricionistas, odontólogos, camilleros, conductores de ambulancia, oficios varios, etc.

La gerente, Martha Cecilia Castrillón, sacada del Hospital Mental por el alcalde para que sea la liquidadora de METROSALUD, fue recomendada por el gobernador Aníbal Gaviria; viene intentando convencernos de su locura, de que METROSALUD está en quiebra, cuando son la misma gobernación y la alcaldía, por intermedio de SAVIA SALUD, quienes le niega los recursos a la red pública para que siga funcionando.

Piensan cerrar más de 10 centros de atención de METROSALUD, según los cálculos por el personal despedido, lo que dejará no sólo a miles de personas totalmente vulnerables ante el COVID -9 sino, también, a la gran cantidad de patologías y problemas que diariamente aquejan a la población.

Todo ello tiene como fin profundizar el negocio de la tercerización de los empleados de la salud, negocio dirigido por un senador corrupto del partido liberal llamado Julián Bedoya (el que compró el diploma en la Universidad de Medellín); negocio que consiste en que se inventan empresas ajenas al centro de atención para que sean ellas las que contraten (el hospital le paga es a la empresa, no directamente al empleado), quedándose con una parte del salario del trabajador, pagándole mucho menos al personal de salud llamado “talento humano”, enriqueciendo al parásito que fundó la empresa intermediadora. Ya está más que demostrado que esta forma de contratación es más cara para los hospitales y clínicas y pone en riesgo su estabilidad financiera.

¡Respete, señor Daniel Quintero! ¡Respete, señor Aníbal Gaviria! La posición de gobernante es para honrar a los gobernados, no para hacerlos más miserables, carentes de recursos y servicios. EL PERSONAL DE SALUD MERECE RESPETO. No somos mercancía, no somos cosas para su usufructo personal y el de sus amigos.

Dicen que nos encerremos por nuestra salud, pero despiden el personal que nos atiende; ¿por salud, también? Criminalizan las fiestas navideñas cuando ellos hacen fiestas con nuestros derechos dejándonos sin atención médica y sin estabilidad laboral, reduciendo también los salarios; ¿por salud, también?

Llamamos a todo el pueblo colombiano, a nuestros pacientes y sus familiares, al personal empleado de la salud, a unirnos en la lucha contra esta masacre laboral. Llamamos a dar la lucha por una salud de calidad y universal, también de dignidad laboral para sus empleados. Solo con la lucha en las calles podremos vencer.

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia