Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Alejandro Hernán Quintero Galeano (foto)
Ginecoobstetra – Asmedista
Después de disponer de una hacienda por cárcel, el ex presidente y ex senador Álvaro Uribe Vélez AUV, ahora imputado por soborno a testigos, personaje que cuenta con más de 270 procesos abiertos por delitos graves en su contra -lo que lo deslegitima desde el punto de vista ético y moral-, sale en la operación contra-ataque a buscar el desquite. Alineándose a esta operación, se suman los representantes del gobierno, empezando por la presidencia y las diferentes instituciones del Estado, entre ellas la Fiscalía General de la Nación, y se ponen a trabajar sus medios de comunicación RCN, La FM, Blu, La W, Caracol, Semana, El Tiempo y los locales, para continuar con el ataque al Proceso de Paz, a la reconstrucción de la verdad –JEP, Comisión de la Verdad-, a La Corte Suprema de Justicia CSJ –única todavía no totalmente cooptada- y, contra uno de sus mayores contradictores visto como amenaza, al ser quienes posibilitan la conciencia y el análisis social a través de la educación de niños, niñas y jóvenes: el sindicato nacional de educadores FECODE.
Como elemento característico de AUV pululan los sofismas, las falacias, las mentiras, esta vez bajo la forma de un “nuevo referendo” bajo el título de: “Cuidemos la Amazonía”, otra pieza histórica “pedagógica” del uribato, para enseñar cómo se puede mentir y engañar sin sonrojarse. Se le olvida al señor AUV que está siendo investigado por delitos graves justo por quien él propone reformar, que su partido es el que maneja el gobierno y que su pintoresco pupilo que funge de presidente, si algo lo ha caracterizado en su ejercicio de gobierno es su hipocresía, así como la de muchos de sus funcionarios, Pachito, Órdoñez, Trujillo, Carrasquilla, Barbosa, Arango, Blum, Ceballos, Acevedo, por solo mencionar unos de los bien adoctrinados en todas esas lides que caracterizan a los miembros del Centro Democrático CD.
La situación es emblemática: «Cuidemos la Amazonía», cuando su partido ha presentado proyectos para permitir su explotación, cuando ha propuesto la destrucción de las selvas del Chocó con el proyecto en la bahía de Triganá, cuando tiene en la mira los páramos empezando por el de Santurbán, cuando continúa los proyectos de fracking y las aspersiones con glifosato. Los ejemplos son muchos más y en todos los ámbitos y sectores; si no que lo digan la ONU y los recientes presidentes electos Joe Biden y Luis Arce.
En una de sus últimas entrevistas sobre la educación en el país, La Educación un Campo de Combate en 1985 , le preguntaron al maestro Estanislao Zuleta ¿Por qué afirmaba que la educación en Colombia era una acción intimidatoria del pensamiento? A lo que respondió:
“La educación, tal como ella existe en la actualidad, reprime el pensamiento, trasmite datos, conocimientos, saberes y resultados de procesos que otros pensaron, pero no enseña ni permite pensar”.
Más adelante, en dicha entrevista, expresaba Estanislao Zuleta, según su análisis, cuál consideraba el problema esencial de la educación en Colombia:
“Además del problema de enseñar resultados, sin enseñar los procesos del conocimiento, existe un problema esencial: en la escuela se enseña sin filosofía y ese es el mayor desastre de la educación. Se enseña geografía sin filosofía, biología sin filosofía, historia sin filosofía, filosofía sin filosofía, etc. Entiendo por filosofía la posibilidad de pensar las cosas, de hacer preguntas, de ver contradicciones. Asumo el concepto de filosofía en un sentido muy amplio, en el sentido griego de amor a la sabiduría. Es un filósofo el hombre que quiere saber; el hombre que aspira a que el saber sea la realización de su ser; el hombre que quiere saber por qué hace algo, para qué lo hace, para quién lo hace; el hombre que tiene una exigencia de autonomía. El hombre que está inscrito en una búsqueda de universalidad es también un filósofo, así como aquel que quiere ser consecuente con los resultados de su investigación”.
Hoy, el jefe del uribato AUV concentra sus baterías en contra de FECODE, a la acusa falazmente de adoctrinador, escondiendo que:
Primero, con la artimaña del argumento en espejo, ellos son los verdaderos adoctrinadores con la búsqueda del pensamiento único: “No ha habido conflicto armado interno sino amenaza terrorista, no ha habido desplazamiento a causa de la violencia sino migración interna, no son opositores sino guerrilleros vestidos de civil, no son crímenes de Estado sino falsos positivos, no son masacradores sino servidores de la patria, no son paramilitares sino Bacrim, no son masacres sino asesinatos colectivos, no son sistemáticos sino cuestiones de faldas, no son delincuentes ni prófugos de la justicia sino buenos muchachos, no son testigos en contra sino resentidos y buenos muertos, no son traficantes y corruptos sino gente honorable, no hay que votar a conciencia sino berracos, no es fraude electoral con compra de votos por los amigos incursos en delitos de narcotráfico sino grabaciones ilegales, no es el piloto de la campaña adscrito al cartel de Sinaloa sino uno de tantos, etc.”. Todo un monólogo repetido mil veces y remarcado a través del autoritarismo, la violencia y el engaño. Segundo, su oxígeno no depende únicamente de la persistencia de la guerra –y por ello su encarnizado ataque al proceso de paz-, sino de la ignorancia, el miedo, la pasividad y sumisión del grueso de la población –por ello, la necesidad de una educación mecánica, memorística, mediocre y acrítica-. Tercero, en este sentido FECODE representa una verdadera amenaza cuando busca en las aulas lo contrario al adoctrinamiento: dar cabida al pensamiento libre, propio, autónomo, al análisis de contexto, a la divergencia de opiniones, al debate y a llevar las verdades conquistadas hasta sus últimas consecuencias en pro de la humanidad. Cuarto, su intención de privatizar la educación pública bajo el esquema del aseguramiento individual –subsidio a la demanda- a través de la focalización socio-económica, para convertirla en un rentable negocio más a favor del sector financiero, modelo ya utilizado en salud con la Ley 100 de 1993, que ha demostrado su fracaso rotundo con sus consecuencias nefastas para la población. Quinto, FECODE como sindicato nacional de educadores que defiende no solo sus intereses –la carrera docente, sus condiciones laborales-, sino los de sus estudiantes, padres e instituciones y la población en general, se convierte en un gran obstáculo para sus intereses mezquinos y, por lo tanto, es un sindicato al que hay que golpearlo y acabarlo.
Un ejemplo patognomónico del adoctrinamiento practicado por el uribato y sus alcances, lo encontramos en una de sus fichas más representativas: Néstor Humberto Martínez quien, ante las nuevas evidencias publicadas por el diario El Espectador que lo comprometen seriamente, basadas en las más de 24 mil grabaciones y en sus propias declaraciones contradictorias, que ponen de presente el entrampamiento realizado por el uribato en contra del Proceso de Paz, su intención de acabarlo y con ello, el entrampamiento a toda la sociedad colombiana, sale con toda la desfachatez y sinvergüenzada del caso a expresar su desconocimiento y, nuevamente, a atacar a la Jurisdicción Especial para la Paz JEP.
Pero lo más grave no es eso; lo más grave es que a pesar de las múltiples evidencias comprometedoras, que salen a diario, de corrupción, narco-Estado, violencia, guerra sucia, etc., que comprometen directamente a los miembros del CD, la gente por los efectos del adoctrinamiento del uribato, las deja pasar como si nada. Donde la población colombiana contara con mejor educación, con mayor capacidad de análisis, con pensamiento crítico, no habría caído en el adoctrinamiento practicado por parte de ese sector de extrema derecha durante los últimos 20 años.
Por ello, toda nuestra solidaridad y apoyo a FECODE, claramente sabemos de donde vienen las amenazas, las intimidaciones y sus causas. Debemos seguir planteando y buscando una mejor educación que permita a nuestros niños, niñas y jóvenes mejorar su conciencia, su presente y su futuro, el futuro para nuestro país, meta por la que no claudicamos.
“El campo de la educación es un campo de combate. Todo el mundo puede combatir allí, desde el profesor de primaria, pasando por el de secundaria, hasta el profesor de física atómica de la universidad. Combatir en el sentido de que mientras más busque [el docente] la posibilidad de una realización humana de las gentes que educan, más estorba al sistema”.
Estanislao Zuleta
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia