Del libro inédito MaríaMaríaMarííía
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Guillermo Henao Cortés (foto)
Ginecoobstetra – Poeta asmedista
¡Ojalá no hubiera actuado nunca! ¡Algo más rico sería en tantas esperanzas!…
Friedrich Hölderlin: Hiperión (1797, 1799). Hiperión, Madrid. Trad. Jesús
Munárriz, 1976, 1986.
*)
¡Vivir es esforzarse!
Porfirio Barba-Jacob La divina tragedia. Prólogo de: Rosas Negras,
Guatemala, 1933.
La tarde pesa cálida y seca, no así la piel.
Hay un azul translúcido, escampado.
Elegimos
las montañas cenicientas de oriente. La ruta vecinal
se nos vuelve arisca y rebelde; las casitas multicolores,
apeñuscadas en la rugosa ladera. Cunde
el calor
que se disipa
al degustar la planicie postrera
ante las vallas de púas
que dividen a los dueños
de los sembrados de papa y de maíz.
En el polvoriento declive de la izquierda,
vetustos tejados
cuelgan
de la grave
resignación de sus moradores. A la derecha,
en un corto prado,
se escuchan los eucaliptos y los sietecueros.
Las brasas
de tu vientre y tu ternura
nos impulsaron a estas encumbradas parcelas.
Eres más que tú
y te lamentas
de nuestras separaciones obligadas.
Me haces falta
incluso al estar
ausente.
La frescura ex alta, atrae paz.
La paz está en tus brazos,
en tu mirada tersa,
deslumbrante. Soñamos con labores
sembradas de campo y de nosotros.
Eres mi aireaguafuegotierra,
el medio natural de mis raíces.
Urubamba, Inti Illimani, sicus lentos,
suculentos,
engendrados
con las cañitas de bambú del corazón,
vibran con sus latidos
cual rosicler inmóvil del crepúsculo.
Un campesino carga con los frutos de la tierra y del trabajo
para dueños ajenos.
Helados soplos desentibian
el auto que nos guarece. Nos transportamos a la morada
que construiremos con ternura principiante.
La tarea
-somosdosuno-
crece erguida y halagüeña. ¡Construir!
¡Construir!,
regodeo propio, que la esperanza de hombre se convierta en hombre.
Lees después
acerca de luchas alimentadas con unidadcríticaunidad
y
en
el
rin
cón
hay
un
Bach
baj
o.
Quedamos rezagados
de la ruda rutina,
para quemar las naves y el castillo
con la cambiante
tea
de la diaria labor.
Por las arrugas cercenadas de las estribaciones
descendemos al fragor
de ímpetus y tactos enlazados.
Vamos
al rebate con quehaceres y esfuerzos impostergables.
¡Sus fauces no nos tendrán!
Tus ansias
de libertad
luchada
a muerte.
En este día inmortal, en este instante con tiempo,
me diste blandos cálices
en el ritual que jamás tendrá nombre,
en el ritual que abrió tu vientre luminoso en corolas palpitantes.
Y cuando el anillo de tu amor ciñó mi cuerpocuerpocuerpocuantosoy,
¡te di mi vida!
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia