Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Jesús María Dapena Botero (foto)
Psiquiatra y psicoanalista
Resumen
Este artículo pretende, tanto desde las neurociencias como del psicoanálisis, evitar estigmatizar al adicto químico o comportamental de prejuicios morales, para considerarlo más bien un dependiente y no un degenerado, en la medida en que este tipo de dependencias es una enfermedad, es una patología dual y se trata de buscar un posible tratamiento psicoanalítico, en la singularidad del caso por caso.
Palabras Claves: Ludopatías; adicción; dependencia; tratamiento
Introducción
El concepto de adicción es bastante criticado por Nora Volkow, quien considera que, si bien, es posible que haya una cuestión genética, es más importante en las dependencias el desarrollo epigenético, el cual puede incrementarse por el consumo de las drogas, al producir comorbilidades con otros trastornos físicos y mentales e implicar muchas estructuras cerebrales, como una enfermedad crónica, con recaídas, desde el punto de vista neurocientífico, ya que ella defiende que las dependencias, no son degeneraciones morales, por lo que eran sometidos a tratamientos moralizantes a la manera de Pinel; puesto que, en realidad, las adicciones son una verdadera enfermedad; para ella, hay un cerebro adicto, en especial en relación con la cocaína y los opioides, de tal forma, que no es
un problema, que se cure con fuerza de voluntad, por lo cual requieren de otros tipos de tratamiento (Volkow y Morales, 2015).
De todas maneras, esta psiquiatra mexicana considera que:
«Durante gran parte del siglo pasado, los científicos, que estudiaron las drogas y el consumo de drogas lo hicieron a la sombra de poderosos mitos y conceptos erróneos sobre la naturaleza de la adicción» (Volkow, 2018).
Pero, ella misma trabaja con neuroimágenes y se considera que es toda una autoridad en la comunidad científica, para estudiar este descontrol de sí mismo por la dependencia química y su acción sobre el córtex frontal, que se observa en alcohólicos, heroinómanos y consumidores de metanfetaminas, por un problema bioquímico con la dopamina en la corteza frontal (Baler y Volkow, 2006) (Wong et als., 2001).
De todas maneras, hace tiempos leí en un artículo suyo, en el que ella criticaba la palabra adicto, proveniente del latín, addictus, que, en Roma era un esclavo por deudas, dada su insolvencia, asunto que se legitimaba en el más antiguo Derecho Romano, hasta que alguien pudiera solventar la deuda y si no eran llevados más allá del río Tíber de la Roma imperial, como una suerte de ostracismo e incluso podía pasarse a la pena capital, por lo que ella decía que es mejor la palabra dependencia, que tiene que ver más con la realidad científica, para no esclavizarlos, ni condenarlos al espacio de la otredad, según la trabaja Rodolfo Moguillansky, sino que se han de considerar enfermos, que pueden llegar a tener un tratamiento, que pueda ser liberador de la adicción, puesto que, tampoco los dependientes padecen de ninguna labilidad, ni despliegan una actuación voluntaria ni hedonista, en sí mismas (Moguillansky, 2003) (ASEJER, 2017) (Jambrina y Bernal, 2017).
Respecto a la ludopatía, Nora Volkow piensa que es un reforzamiento, que el individuo humano o animal -perros, ratones y elefantes- buscan para sobrevivir y que hay personas, particularmente sensibles a dichos refuerzos, como si les hiciera falta un subidón de adrenalina ante la incertidumbre de que se ganará o no, en los juegos de azar, como leí en otro lugar, ya que ella no expone esto y esperar que se pueda erradicar la dependencia en todos los ámbitos, le parece un poco utópico (Jambrina y Bernal, 2017).
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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia