Apuntamientos y reflexiones
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Alberto Restrepo Ochoa (foto)
Psiquiatra
Muhammad Ibn Sirin en Irak, siglo VIII, escribió un libro sobre interpretación de los sueños basado en el autor griego Artemidoro Daldianus, escrito 500 años antes. Dense cuenta que Freud no fue el primero.
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Los fenómenos psicóticos son autónomos; es decir, no guardan una relacion causativa con estímulos del mundo interno o externo que los generen; son 100% autónomos, existen porque existen y son inentendibles*. Sin embargo, la mayoría de los fenómenos perturbadores que el paciente trae a nuestra atención en la consulta psiquiátrica general son obvios, son entendibles, no son autónomos, son corelacionables con azares infortunados en la vida del paciente.
*No cierto del todo; analizando y especulando, ambos soportales firmes de la psiquiatría, uno puede buscarle enlaces a “las locuras” que acosan al paciente, relacionándolos con su vida real o imaginaria.! ¡Así de fascinante es la psiquiatría!
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Es sabido que los psiquiatras, en su mayoría (hay estudios), no hacen del prescribir drogas a sus pacientes una tarea conjunta de asociación con estos, donde consentimiento o disentimiento a tomarlas, acciones esperables, beneficios y efectos tóxicos sean expuestos y el tomarlas producto de un común acuerdo. Si así no se hace, en nada se fomenta la llamada “alianza terapéutica” esencial en psiquiatría.
“Socio, me dice Absalón, es deber del psiquiatra y derecho del paciente el informar y ser informado sobre beneficios y riesgos de las drogas psiquiátricas. Coño si te encaramas a un bus tú sabes pa’ donde vas, y si no pues el man te tiene que decir; mierda es su deber y es tu derecho… compita… tú que eres recetador sabes mejor que yo que soy solo psicoanalista… eso de engordarse uno, de endulzarse hasta que le brote la diabetes, y que le cojan a uno tembladeras raras y muecas, y le dejen de funcionar las ganas y el pito, o que le dé por enviciase al pastillal, coño no joda, esas vainas es pa’ hablalas antes de tragar pastillas”.
La breve información a ser dada por el psiquiatra corresponde a la verdad, deber del psiquiatra y propiedad y derecho del paciente.
El no hacer esto como parte regular del recetar, y decir que sí se hace, es “pura mierda”, dice un autor consultado.
¿Y esto que le hace a la algo o muy deslustrada reputación de la psiquiatría?
Debemos recordar, dice el consultado, que las drogas psiquiátricas no son ni siempre efectivas, ni del todo seguras, y casi nunca son prescritas por razones nobles.
“Faltarle a la verdad debida a otros es engañarse a sí mismo”.
¿Debería la filosofía de la ciencia ser una materia en todo postgrado de psiquiatría?
Es que es “fundamental”, dice un autor consultado. De no hacerlo, o no nos haríamos o nunca responderíamos preguntas fundamentales sobre nuestra profesión y lo que con ella hacemos por los pacientes.
• ¿Es relevante la psiquiatría?
• ¿Es ciencia dura?
• ¿Es ciencia blanda?
• ¿Qué ciencia es?
• ¿Es su quehacer, drogas y consejos al tiempo, seguro, eficaz, efectivo y benéfico?
• ¿Es su visión de los líos humanos confiable y absoluta, o relativa y mera intentona provisional?
Y, al final de todo, ¿es la psiquiatría merecedora de credibilidad?
Claro que sí. Lo que dicen algunos, de mucho renombre y para mí ninguna sustancialidad, (Léase Foucault, Thomas Szasz, R. Laing, testigos de Jehová, Theodore Lidz, Silvano Arieti, David Cooper* y los psicoanalistas a ultranza los de las primeras luces Freudianas, los del sexo y el inconsciente o por esos lados), esos señores, repito, afirman (¿cómo pueden afirmar sin bases? La verdadera psiquiatría, la digna y respetable no es pa’ decir lo que a uno se le antoje o le de la santa gana), que la enfermedad mental no existe. Estos son los del polo negacionista.
*Cursando mi residencia, finales, años 72 y 73, escuché presencialmente a los Drs Lidsz, Szasz, Laing y Arieti. Al tiempo aprendía las lecciones del curso sobre filosofía de la ciencia en psiquiatría, que harto me enseñó a mascar para no deglutir entero.
Piense usted un minuto en su suegra, podría ser su tía, quien a sus 70’s empieza a volverse paranoide, sobre todo con ideas y con imaginaciones grotescas sobre sexo, echando ojo y trancando puertas a toda hora. Una psicosis paranoide tardía (late paraphrenia…nombre elocuentísimo…así la aprendí cuando empecé mis estudios…los revolucionarios biologistas del DSM descabezaron ese diagnóstico…como muchos otros…los iconoclastas venidos de ilusiones humeantes…).
Volviendo a su suegra, penduleando entre estos extremos, podría decirse: ¡no, no es una enfermedad mental, o bien, tenía un mal en los genes que se le despertó a los 70’s…larga espera compa, dice Absalón…
El polo opuesto es tan, o más absurdo, que el de los NEGACIONISTAS. Es el polo de los MÉDICO AFIRMACIONISTAS. Estos dicen que toda perturbación mental es una enfermedad biológica, a no ser que se demuestre lo contrario…si ve usted…
Genes, jugos neurales, receptores, alambrados neuronales y sinapsis, todo eso y mucho más, protoplasma también, son los cimientos de sus hipótesis. El mal para ellos es físico (alucinados los llaman algunos…es muy rudo, inelegante…no lo comparto); y si es físico pues la contra debe ser física…blanco es, gallina lo pone…
Esa vaina está en los genes, los jugos neurales, el alambrado con sinapsis y otras vainas. “Haga fila, coja la receta y tómese las pastillas”.
Esto no es banal ni para ironizar. “Socio esta vaina es muy seria; sabias cuadro que 13% de la población gringa toma antidepresivos; incluye a los latinos que encienden la furia xenofóbica de algunos mandamases en la blanqueria anglo-sajona. Y, imagínate vos, como dicen en Antioquia, que desde el 2.015 se doblaron las ventas de “antidepresivos” … el infaltable Absalón.
Hoy la psiquiatría en todos sus poros (y son muchos), está biologizada, o mejor ‘cientifizada’ como me dijo Absalón mi colega costeño…de Lorica…no lo había dicho…
Los extremos en psiquiatría divergen (siempre ha sido así), nunca andan en tándem. Si se revisa la historia (lo del cursillo en filosofía de la ciencia en psiquiatría ayudaría), se darán cuenta que la psiquiatría lanza y lanza dardos y nunca, o mejor casi nunca, da en el blanco. Esto no es un juicio incriminatorio, ni contra nadie ni contra nada. Simplemente es y así ha sido, y está siendo, pues piensen en lo que está pasando.
Desde que empezó el revuelo biologista, y yo a pararle muchas bolas, he oído, aun por Caracol, que la psiquiatría está al borde de un gran descubrimiento. ¿Usted qué piensa?
Hoy, lo que les dio por llamar Bipolar, antes cuando empecé mis estudios –ya tanto lo he dicho–, tenía un nombre elocuentísimo, psicosis maniaco-depresiva. Hoy la bipolaridad y los bipolares (los matices y variantes son casi caleidoscópicos), están en todas partes como la tercera persona del dogma tridentino.”
“Mierda cuadro, esta vaina de la bipolaridad crece como incendio en pradera de pastizales resecos. Puta madre que conflagración la que se armó”.
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Aquí ni necesidad de mercado negro tenemos para la mayoría de los psicotrópicos; son de venta libre, pues la idea es vender…
“¿Coño, me dice Absalón, vos sabes si esas drogas psiquiátricas son tan seguras, tan eficaces y efectivas y de precio tan razonable como lo cacarean? Paisano, pa mí un caminador, y un bastón son más benéficos y confiables, y creeme vos que hasta pa lo mental pues dan buen soporte. Vos que pensáis. ¿Vale?
Absa tú crees que las drogas psiquiátricas son benéficas? “Coño ya te dije lo del caminador”.
Absa crees que son seguras? “Coño ya te dije lo del caminador. Imagínate vos paisano que en Australia un drogado con psicotrópicos vive 19 años menos que un no drogado; y en Gringolandia eso sube hasta 25. Mierda que más te digo”.
“Socio, leí por ahí y te lo voy a entrecomillar, que si a un cristiano, podrías ser vos, si ves como se me pegó el vos, te dan la lista de efectos tóxicos de los antidepresivos y otros psicotrópicos, nadie los tomaría. Y si el cristiano se atreve y luego los para, le brotan lo que llaman síntomas de abstinencia. ¿Y que pasa coño? Que el Dr. dice que se le está re- despertando la puta enfermedad de nuevo y corre a recomendar que se siga tomando esa mierda, agregándole un poquito más. Para ser un buen psiquiatra, ningún médico idóneo y humanista, tiene que ser ortodoxo y menos pensar que la racionalidad y lo axiomático ya reinan en psiquiatría.
FIN
Agosto de 2020
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia