Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Guillermo Henao Cortés (foto)
Ginecoobstetra – Poeta – Asmedista
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B O G O T Á U N O
¡Ah, pobres de vosotros los que sentís todo esto, los que tampoco gustáis de hablar del destino humano, los que os sentís también cada vez más atrapados por la nada que reina sobre nosotros, fundamentalmente convencidos de que nacemos para nada, de que amamos una nada, creemos en nada, nos esforzamos para nada, para hundirnos poco a poco en la nada….!
Friedrich Hölderlin (*)
De la nada, por sublime que sea, nunca ha nacido nada.
Friedrich Hölderlin (*)
Yo creo ni en la Nada, que es lo que sólo existe,
ni en lo que es la vislumbre de lo que vale Nada.
León de Greiff (**)
(*) Friedrich Hölderlin: Hiperión. (1797, 1799). Hiperión, Madrid. Trad.
Jesús Murrániz, 1976, 1986.
(**)León de Greiff : Cancioncilla. In: VELERO PARADÓJICO (Séptimo
mamotreto). 1957.
Del cuarto de tu casa
por el pasadizo del avión
llegas
al cuarto mío.
Dejas atrás
lo que traes a la ciudad extraña: la furtiva esperanza,
la frustrada, la esquiva, la esperada
esperanza.
Te acercas al hotel
con tu desenvoltura citadina
y te arden las venas.
Las puntas ígneas
de las oleadas
de amor
que centellean en tu cara míatuya,
en las con fusas aguas
de tus ojos,
en la agitada respiración
que lacera
tu pecho,
queman el pecho mío.
Me naufragan
en tu océano in son dable
que quiero trasegar,
que me inunda y me oxigena
con ex óticas savias
habituales y distintas.
La estancia es un volcán deluchadecontrariosyarmonías
que des tierra lo traído
y retiene este oasis
di minuto, infinitoatemporal,
de tu y yo.
Millares hormiguean,
extramuros
al concreto como ún, sín tesis
de múltiples indeterminaciones, uni dad
de lo dí verso.
Entramos al túnel de las calles habitadas
por viejos vientos.
Helados torbellinos
cercenan los hombres hora dados.
Enajenadas cosas
dominan a quienes las crean
-DE LA NADA
NADA
SE CREA,
ni lo sublime ni sagrado,
porque la nada no ES,
es abstracción, constructo humano-
y nos perdemos
en indecisas esquinas augurantes
del fracaso.
Al mucho andar
o recorrer
o transitar
nos encontramos en oscuros y populosos re cintos deshabitados.
Extraña sensación.
Difícil comprender que te estremeses ahí, anónima tras el ropaje
de una chica corriente, viviendo en Gloria Gaynor,
pidiendo con arrojo al empleado discosimposiblesquetambiéntenían.
Saboreaste dos o tres ginebras, preguntando por mi historia.
No bailamos -¡yo tánto lo quería!-. Hablar
era necesario. Trajiste
pinturas y tus viajes, yo te escribí mi curriculum vitæ
emocional.
El día siguiente, intenso instante en que se cree
que se vive o se muere.
Los detalles de rutina, la infraestructura de las horas felices.
La Sabana y la lluvia, atravesadas por nuestra
incipiente senda por reemprender.
Allá, en las des nudas alamedas,
de largos
pinos susurrantes en la superficie plomiza y detenida
del lago,
paseamos
abrazados,
atentos al silencio
vivificante y multiplicador. Los maestros
de los proletarios
se alzaban
más altos que los pinos,
más profundos que el lago. Leías,
te leía
a través de las tibias caricias.
Mas el gozo asimismo es de venir.
Cuándo regresaremos a la quietud de este paraje, cuándo
renunciaremos al individuo dividido;
aunque tal vez se hace tarde
en esta tarde.
Dejemos
la claridad de las emociones recónditas
y elementales
y regresemos
a la os cura ciudad.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia