Del seductor a la seducción, de don Siegel a Sofía Coppola

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico Jesús María Dapena Botero (foto)
Psiquiatra y Psicoanalista

http://www.publico.es/culturas/seduccion-sofia-coppola-mujer-no-conocido-tio-encantador-no-deberias-fiarte.html

http://filmserver.cz/clanek/12728/oklamany/

Tan bueno resultó el pan como la torta, porque son dos miradas y dos lecturas distintas de una misma novela de Thomas P. Cullinan, desarrollada en plena Guerra de Secesión en los Estados Unidos de América, más concretamente en una mansión medio abandonada, que sirve de albergue a un conjunto de señoritas.

La primera versión, un clásico del cine de 1971, es una mirada desde el punto de vista masculino, con un machote como el Clint Eastwood, que abandonaba sus westerns para convertirse en un actor de carácter, a quien echamos en falta en la versión de Sofía Coppola, ya que Collin Farrel no le da la talla, máxime cuando la directora lo pone en un papel muy pasivo que, de pronto, cambia tras la amputación de la pierna, para desarrollar su arte dramático bastante bien, pero sin la fuerza de Eastwood, en el papel de un hombre resentido y violento, que las mujeres deciden asesinar; pero, sobre todo, al principio resulta tan relamido, que pareciera carecer de la fortaleza y la virilidad del viejo vaquero del Sapaghetti Western, como puede verse en los fotogramas iniciales de este artículo.

https://www.spaghetti-western.net/index.php/Clint_Eastwood (foto)

Siegel nos ubica más históricamente en la Guerra de Secesión, con los fotogramas en blanco y negro de los títulos de la película, que se inician con la figura de Abraham Lincoln, para comenzar la tragedia en el tono grisáceo de las fotografías periodísticas e ir introduciendo muy suavemente el color, lo que no hace Sofía Coppola, a quien parece que le importe más el conflicto psicológico que la ubicación temporal de semejante desventura, más allá de un apenas aludido contexto histórico, que también aparece en los flashbacks de los relatos del cabo en la obra de Siegel, los cuales omite la hija de Francis Ford Coppola; ella, al tomar en sus manos, la novela de Thomas P. Cullinan, se pregunta por el sentimiento femenino, cuando una mujeres se ven aisladas del mundo por la guerra, además de interesarle las luchas de Poder entre los hombres y las mujeres en aquellos tiempos victorianos.

Además donde Siegel se hace franco, explícito y más realista; Copolla, hace alusiones, para que el espectador imagine, lo que Siegel muestra de un modo más fuerte, crudo o mordaz en escenas y diálogos escalofriantes.

Aunque al ver en la pantalla grande, con buen equipo de sonido, me parece que la hija de Francis Ford, le hace latir más a uno el corazón, con el suspenso, que crea con la música y la iluminación, para hacerla más y más terrorífica aún, con la presencia de un destino fatal, llevada a cabo con gran preciosismo, con muy buena dirección, aunque con un estilo muy diferente al de Siegel; pero, innegablemente, ambos directores resultan unos maestros destacadísimos…

Haga clic AQUÍ para leer el texto completo.

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

Deja un comentario