¿Los médicos del país se forman en lo que se necesita?

Tomado de: www.elcolombiano.com

Hay profesiones que tras cuatro meses de hablar (y convivir) con la covid-19 se han vuelto más reconocidas. Los intensivistas o especialistas en medicina crítica y cuidados intensivos son un ejemplo.

Quizá usted ha hecho parte de esas personas que han buscado en Internet qué son, qué hacen y por qué se les ha mencionado tanto durante la pandemia. El término intensivista, solo en Colombia y según datos de Google, ha crecido en búsquedas desde el pasado 15 de marzo, con un valor de 100 puntos, que es la popularidad máxima. Entre el 14 y 20 de junio fue el pico de esas consultas. Ellos son quienes dan respuesta a las necesidades de la atención de un paciente críticamente enfermo, su entorno de trabajo es la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), ese lugar al que llegan los pacientes más críticos con covid-19.

Según el registro de graduados en educación superior en Colombia 2018, con fecha de corte de la información a junio de 2019, detallado por el Ministerio de Educación y el Observatorio Laboral para la Educación, se graduaron 59 especialistas en medicina crítica y cuidados intensivos en el país (cuatro en Medellín). A 7 de julio en Colombia se registraban 7.224 unidades de cuidados intensivos según datos entregados por el Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud.

Lo que evidenció la covid-19

Augusto Galán Sarmiento, cardiólogo, administrador público y director del centro de pensamiento Así Vamos en Salud, precisa que en general para los números y las proyecciones que planteaba la pandemia a nivel mundial, en cualquier país, “posiblemente no había ninguno totalmente preparado para lo que esto ha representado y la evidencia la encuentra uno en lo que sucedió en Italia, España, Francia, algo en Alemania y en la misma China en su momento. Los sistemas de salud para una pandemia como esta iban a encontrar tensión entre la oferta de servicios y la de recursos humanos y la demanda que iba a generar la epidemia”.

Como este coronavirus afecta las vías respiratorias por eso se ha hablado de ventiladores, unidades de cuidados intensivos e intensivistas, pero Galán detalla que “la salud es mucho más compleja que tener unidades de cuidados intensivos y la pandemia es mucho más compleja que simplemente tener muchas UCI, pero la discusión llegó allá, a que necesitamos estas unidades como si eso fuera la única manera de manejar este coronavirus”.

Carlos Gómez Restrepo, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana, considera que con esta pandemia se ha evidenciado que no solo se requieren más intensivistas, también más anestesiólogos, infectólogos o epidemiólogos, por mencionar otras especialidades médicas importantes en medio de esta contingencia, y añade Ricardo Posada Saldarriaga, médico pediatra y neumólogo, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CES, que esta covid-19 requiere profesionales de la salud que manejen temas como vía aérea, reanimación y ventilación mecánica, que estudien las enfermedades infecciosas y el comportamiento de epidemias.

Ante la falta de intensivistas se ha tenido que entrenar a otros profesionales de la salud, “hay mucho recurso humano en otras áreas que pueden manejar adecuadamente esos pacientes”, detallan Posada y Galán. “No es su especialidad de fondo, pero usted puede encontrar que los anestesiólogos le pueden manejar cuidados intensivos, que los cardiólogos podemos con un reentrenamiento contribuir a ello, lo mismo que los neumólogos, neurólogos, y eso se han hecho en los últimos tres meses, pero eso es para la contingencia”, explica Galán, quien confirma que no hay cifras en Colombia de cuánto personal se ha entrenado.

Carlos Alberto Palacio Acosta, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, detalla que esto es una pandemia en la que hay una cantidad inmensa de personas requiriendo de un servicio específico y “por más intensivistas que pudiesen formarse no va haber el suficiente talento humano en esa área, en este caso es cuidados intensivos porque los pacientes necesitan conectarse a un ventilador, si el problema fuera de hígado, hepatólogos, pues va a ser exactamente igual, no vamos a tener el número de hepatólogos formados. En general, en el mundo, no hay suficiente capacidad de responder con el talento humano con mucha gente enfermándose de lo mismo, ese es un elemento que hay que tener en consideración”.

El tema del estudio

Apunta el decano de Medicina de la U. de A. que además, al pedir intensivistas, por ejemplo, no se tiene en cuenta que no hay muchas escuelas de medicina que formen talento humano en esta materia (solo 14 facultades de 50 que tienen especializaciones en el país graduaron intensivistas en 2018) debido a que es una formación muy larga que requiere mucho tiempo de inversión.

Es decir, un estudiante de medicina se demora seis años en su pregrado, luego sigue una primera especialidad que puede durar tres años, “ahí ya llevamos nueve de estudio”, aclara el decano del CES, y siguiendo con el ejemplo de los intensivistas, esta es una segunda especialización que puede demorar dos años más, “es decir, un médico para poder empezar a ganar un salario y sobrevivir tiene que estudiar 11 años para llegar a ser especialista en cuidados intensivos”. Y hay algunas que pueden durar hasta 14 años, “eso puede durar un médico general que haga medicina interna, luego cardiología y después hemodinamia o ecocardiografía”, explica Posada.

Y otro punto que no se puede obviar es el tema de los cupos. Los lineamientos para la asignación de cupos en escenarios clínicos se dan de acuerdo a la Resolución 2003 de 2014 de los Ministerios de Salud y Educación y dependiendo de la especialización y el tipo de servicio hospitalario. El decano del CES explica que “las mismas sociedades científicas y el ministerio tienen que evaluar para poder dar un registro calificado y aprobar el número de cupos para cada programa”.

Siguiendo con el ejemplo de intensivistas, este año en la Universidad de Antioquia se ofrecieron cuatro cupos. “Eso es lo que permite el Ministerio en la formación de especialistas, no puede haber grupos grandes como en el pregrado de Medicina”, puntualiza Palacio.

A eso, le añade el decano Gómez, que sí hay unas especializaciones más “taquilleras” que otras. Posada confirma que en el CES a las que más se presentan los médicos para estudiar son cirugía plástica, anestesia, medicina interna, pediatría, ginecobstetricia, ortopedia y otorrinolaringología.

Los graduados

Según los registros del Ministerio de Salud en 2018 se graduaron en Colombia 6.290 médicos, 611 de ellos en Medellín y sin contar los profesionales en enfermería, odontología, bacteriología y otras ramas de la salud, y actualmente, confirma el decano Palacio, hay 30 facultades de Medicina en Colombia que ofertan programas de posgrado con un aproximado de 500 especializaciones médicas y quirúrgicas que exigen como requisito de inscripción el título de pregrado en Medicina.

Que esos médicos y especialistas sean suficientes o no es uno de los puntos que ha venido trabajando el observatorio Así vamos en salud, y “desde hace poco más de un año y medio –detalla su director– ya veíamos con preocupación ese tema en tres componentes: la formación, la distribución o el mercado de ese talento humano y las condiciones laborales”.

Sobre el primer punto, los profesionales consultados aseguran que la formación en Colombia es de calidad y eso para ellos no tiene mayor discusión. “Aquí el tema es la pertinencia”, indica Galán, quien añade que “la autonomía universitaria no le ha preparado al sector salud los profesionales que este requiere, en gran medida porque el sector salud no le ha dicho al sector educativo qué es lo que necesita (…) No es que se meta en el currículo de cómo va a formar a ese personal, pero sí que le diga que necesita más médicos de familia, tantos intensivistas, etcétera. El problema de la oferta es que se ha creado y construido sin atención clara a la demanda”.

El decano de la Universidad de Antioquia, por el contrario, indica que el trabajo en ese sentido sí se está haciendo. “Desde hace más o menos cinco años, con la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina, venimos en un proceso de transformación y de análisis de la educación médica colombiana. Trabajamos de manera conjunta con los ministerios, tanto de salud como de educación, para poder no solo mirar la parte de la formación integral en el área medica en cuanto a los currículos, sino también en los posgrados clínicos quirúrgicos y actualizar los temas curriculares, de hacerlas más integrales en su formación, con más capacidad de trabajo interdisciplinario y de flexibilidad, que son temas que hoy en día se hacen necesarios en el personal de salud, para que en su trabajo diario puedan tener estas competencias”. Gómez detalla que la iniciativa de ponerse a dialogar en una misma mesa es clara, “tenemos que ver qué estrategias utilizamos para mejorar esto entre todos”.

En el tema de la distribución del personal médico en el país (concentrada en las grandes capitales) indican desde el observatorio Así vamos en salud que se necesitan políticas regulatorias con incentivos para que los profesionales o bien se queden en sus regiones o regresen a su lugar de origen y siempre con buenas condiciones laborales. El decano Palacio añade que a la luz de esta pandemia se ha evidenciado que en muchas ocasiones las condiciones de trabajo para el personal del área de la salud no son las mejores, “ojalá todo esto dé pie a que realmente se retome un camino de poderle retornar al médico que está trabajando lo justo en cuanto al reconocimiento laboral y económico”.

Reflexiones finales

Este nuevo coronavirus, concluye el director del centro de pensamiento, “nos está enseñando a todos que tenemos que trabajar juntos, teniendo claro cuál es el objetivo, hacia dónde vamos”.

Concluye Posada que “un estudiante no se presenta a 15 especializaciones a ver a cuál pasa, su vocación, aptitudes y actitudes lo llevarán a escoger también el mercado y las posibilidades laborales a futuro”.

Al final si hay o no más intensivistas de ahora en adelante dependerá de muchos factores, incluyendo una pandemia como la que se vive .

Contexto de la noticia

PARÉNTESIS

LOS NÚMEROS EN LA ATENCIÓN

La OMS plantea para 2030 una tasa de 44,5 profesionales de medicina y de enfermería por cada 10.000 habitantes. En Antioquia la tasa a 2017 fue de 21,97 y según cifras de Mineducación hasta 2018 había 73.092 médicos graduados, 8.016 en Antioquia. Del total de graduados, el 26,5 % (19.382) ya son especialistas.

Tomado de: www.elcolombiano.com

 

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