Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: médico Juan Fernando Uribe Duque (foto)
Poeta – Asmedista
Creímos que el virus amenguaría el ataque, que nos daba una tregua para salir y ventilarnos un poco, para ver a los reclusos queridos, los amigos, a la familia, pero se avecina otro confinamiento y con él otra vez volveremos a la intimidad de las pequeñas cosas y los afectos básicos: esposa e hijos, otra vez las ardillas, las tórtolas, los colibríes y las postreras sensaciones de alegría a bajo costo, pequeñeces de espacio reducido, malabares para espantar la soledad, dándonos renovados empujoncitos, cerrando el afuera para mirar hacia dentro y olvidarnos de las carnes queridas, de los presentes ahora ausentes… incluso convertidos en imagen y voces que se esfuman en malas conexiones o en una llamada telefónica.
Seremos otra vez presa de las benévolas mañas del desuso y la maraña del tedio; escucharemos artistas callejeros -mendigos de singular prestancia-, vendrán los aplausos a los héroes vilipendiados y los políticos reestrenarán sus mejores deseos por tu nueva vida en segunda vuelta. Persistirán los centros comerciales abiertos como posibles tumbas para ser recordados como fantasmagorías en épocas de ilusión; las calles se llenarán de presurosos enmascarados purificando el aire, los aerosoles malsanos claudicarán en aras de los geles saneadores, las flores de los árboles proporcionarán colores para el desagravio y los buses se verán atestados de soledades en busca del sustento.
Seremos muñecos de música y poesía, amantes de escritorios y colchones, balcones no bastarán para divisar en cercana lejanía a quienes, como nosotros, habitan la deshora de un virus en desbandada que sigue añorando el vampiro para calmar su sangre.
Somos asustada espera evadiendo la muerte…
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
