En la playa

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico Roberto López Campo (foto)
Neumólogo
Ex integrante Taller de Escritores de ASMEDAS Antioquia

La espuma salada golpeaba frenéticamente los arrecifes, y mil gotas, como lluvia, caían sobre el césped cercano a la casa. Hacía dos días que el mar se mostraba agitado y el ruido de las olas saturaba el ambiente.

No era frecuente en este sitio, donde estaba la cabaña, observar ese fenómeno.  Aunque era una playa amplia y abierta, lo usual era contemplar, para delicia de todos, las tranquilas aguas del océano y escuchar el leve susurro de las olas, cuando cansadas se esfumaban en la playa.

Un viento frío, procedente del norte, erizaba la piel.  Unos grises y densos nubarrones flotaban, muy cercanos, como presagio del temporal que habría de desgajarse esa noche en la región.

La lluvia torrencial, que se prolongó por más de dos horas, anegó el suelo, y los ríos cercanos se preñaron de lodo y ramas desprendidas de los árboles de la ribera, arrasando consigo algunos ranchos y animales de unos labriegos asentados en sus cercanías.

Cuando amaneció, pudimos contemplar, muy desconsolados cómo unas cuantas matas de plátanos y un pequeño corral, donde criaban unas gallinas, habían desaparecido. Dos canoas, que los pescadores habían dejado en la playa, fueron arrastrados por la corriente y ahora aparecían volteados, a punto de irse mar adentro.  El mar, que suele mostrar sus aguas transparentes en ese sitio, hoy tenía un color ocre y cierto olor desagradable.

En vez de baño, preferimos caminar por la playa, esquivando las ramas, algas y residuos de conchas de crustáceos, que la furia del mar había dejado como impronta durante la noche.

Pero la naturaleza suele ser bondadosa.  Como corroborando aquel adagio que dice: «Después de la tempestad viene la calma”, paulatinamente la mar se fue calmando y, poco a poco, readquirió ese color azul verdoso que tanto fascina a nuestra vista.  Entonces, pudimos disfrutar de sus tibias aguas y juguetear con el remanso de las olas.

23 de marzo de 2013

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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