El río y la muerte, de Luis Buñuel (1954)

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico Jesús María Dapena Botero (foto)
Psiquiatra y Psicoanalista

¡Volvamos a México!  Pero retrocedamos unos cinco años, para ver al país azteca desde la óptica de un español de talla genial, Luis Buñuel, el mago de Calanda.
El cartel de la película nos evoca la tierra española en la guerra civil, donde la muerte reinaba sobre un país árido y seco.

Los actores, por lo pronto, me resultan desconocidos.

La película está basada en la novela Muro blanco sobre roca negra, con un guión adaptado por Luis Alcoriza y Luis Buñuel en torno al escrito de Miguel Álvarez Acosta, un escritor nacido en San Luis de Potosí en 1907, quien era dramaturgo, narrador, poeta, político y licenciado en abogacía; pero, sobre todo humano, quien merecería el Premio Nacional en 1950, al ser un símbolo de la cultura mexicana, consagrado toda la vida a las artes y el desarrollo cultural de su país.

El arte para él era una manera de entender el mundo.

El maestro Álvarez Acosta trató de defender al pobre y poner límites al poderoso al apostar por el cambio social; como artista revolucionario, junto con Diego de Rivera, que hacía de la política su propio arte, como arte de servir a los demás, quería crear un nuevo mundo para el nuevo mundo, que ya empezaba a dejarse sentir.

Para él, un libro es un palacio de puertas que nos lanza a descubrir nuevos caminos.

Sus cuentos eran exquisitas novelas cortas; su poesía expresa el compromiso social con su país; literatura y doctrina lo unieron para pensar, para concebir un arte social fundado en la filosofía, para conseguir una creación artística sincronizada con la época, con la percepción de movimientos nuevos, ya que el arte es un alimento valioso y valiente, más allá de lo decorativo y superfluo. Había que crear un arte nuevo, por fuera de los clasicismos.

Con lo cual no es casual que un genio como ese Buñuel, formado en La Residencia, junto con Dalí y García Lorca, sus íntimos amigos de entonces, inspirado en la enseñanza libre de don Francisco Giner de los Ríos, comprendiera la importancia de este autor, tan librepensador como él y su libro, ahora, marcado y como ensangrentado por el tiempo…

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Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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