De amenazas, ignorancia y derechos…

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico Alejandro Hernán Quintero Galeano (foto)
Ginecoobstetra – Asmedista

Ha sido una noticia impactante de esta semana el ver al médico José Buelvas Díaz consternado ante la amenaza de muerte realizada por acudientes o cercanos a una de sus pacientes fallecidas a causa del Covid 19.  Nada raro para un pueblo donde prima la ignorancia, donde se  desprecia el valor de la vida, donde se mata por el color de una camiseta de fútbol o por un celular, donde la intronización de la cultura traqueta hace de la amenaza y la violencia un recurso permanente, en un país donde autoridades administrativas, fuerza pública y la propia justicia se han visto inmersas en corrupción y otras conductas delictivas.

Hoy, los supuestos “héroes”, médicos y personal de salud maltratados por el Estado, a los que se aplaudía como copia barata de lo que se realizaba en Europa; hoy, esos mismos “héroes” nos hemos visto sometidos a múltiples atropellos e intimidaciones, pero no sólo de acudientes de pacientes o vecinos, sino del propio gobierno porque, además del miedo generado, cercano al pánico colectivo, se escuchan afrentas desde el propio ministerio de salud: “Clínicas y hospitales mantienen pacientes en UCI más tiempo por incentivos económicos”.  ¿Cómo cala esa frase en la mentalidad de la mayoría de la población atemorizada?  ¿Qué reacción puede causar?

Mientras el gobierno se llena de ínfulas por su “acción” ante la pandemia, los directivos de los hospitales, tanto públicos como privados, se continúan quejando de que no llegan los recursos prometidos e incluso ya muchos amenazan con el cierre de servicios ante su quiebra inminente, el famoso acuerdo de punto final se convierte en paño de agua tibia sólo disfrutado por las EPSs, los EPP son insuficientes y muchas veces autofinanciados por el personal, los contratos laborales continúan tercerizados o por OPS, etc.; como quien dice, a el personal de salud le toca cargar no sólo con la animadversión de sectores de la población sino con las consecuencias del des-gobierno, de 30 años de aplicación de las políticas de ajuste neoliberal, la nefasta Ley 100/93 y sus desarrollos, las leyes 50 de 1990 y 789 de 2002 de flexibilización laboral, etc., verdaderas causas del momento de crisis en el que nos encontramos.

Hoy se ejerce el poder desde el ejecutivo por decreto, saltando el control de la oposición, los elementos básicos de la democracia. Hoy, con el desmonte del confinamiento, los casos de Covid aumentan, nuestra débil economía no aguanta, el hambre de la mayoría de la población menos, la salida es masiva por obligación: se vive del diario; las pocas empresas necesitan producción, el comercio movimiento, en ese caso el gobierno habla de los famosos protocolos de seguridad permitiéndolo; pero eso sí, cuando se programan plantones o protestas, en contra de las medidas autoritarias, contra las reformas por decreto que afectan aún más a los sectores populares, cuando se defiende a los educandos de los riesgos de las insuficiencias estructurales para la pandemia, ahí si es en extremo peligroso, una irresponsabilidad de los(as) líderes(as) de las organizadores convocantes.

Ese es el gobierno que tenemos, el del uribato, de doble faz, una cara amable, permisiva, cómplice y benefactora para sus amigos y amigotes; y la otra, autoritaria, represiva y tendenciosa en contra de opositores(as) y líderes(as) sociales.

La ignorancia, en nuestro país, tiene entre sus causas un sistema educativo falto en calidad que da pena por la inequidad que reproduce, pero es nuevamente FECODE “la causa”.  Se convierte otra vez FECODE en el caballito de batalla del establecimiento, se volverá a culpar de la baja calidad y de la negación del derecho a la educación para los niños y jóvenes, ocultando las verdaderas causas: las políticas educativas y sus consecuencias, olvidando las condiciones sociales de estudiantes, de sus familias, los recursos institucionales insuficientes, los bajos salarios, la desarticulación del sistema, etc., consecuencias de la aplicación del modelo de ajuste.  ¿Quién tomó esas decisiones?

El confinamiento nos vuelve a poner en evidencia: según el DANE, el 50% de los hogares colombianos no cuenta con acceso a internet, lo que afecta aproximadamente a 5 millones de niños y jóvenes de la educación básica y la media; la diferencia entre sectores urbanos y rurales, comunas y barrios pudientes se hace más que evidente.  ¿De quién es la responsabilidad del cumplimiento del derecho a la educación?  ¿De los profes?  ¿De quién es la responsabilidad del cumplimiento del derecho a la salud?  ¿Del personal de salud?  ¿Cuál es la responsabilidad del gobierno y de clase dirigente durante nuestros 200 años de república?  ¿El reclamar y poner de presente los problemas de estos sectores manifestándose en contra de esas políticas, con el fin de mejorar, es ir en contra de los derechos de estudiantes y pacientes?

Entendible que las élites corruptas, el gobierno y sus medios de comunicación, con periodistas a sueldo, intenten seguir engañando a la gente, desviando la atención ante la salida a la luz pública, cada vez más abundante y con más fuerza, de las pruebas de sus corruptelas; pero el movimiento social continúa la lucha contra sus afrentas.

En este contexto, nada raro que la amenaza al personal de salud y docentes se incentive, así sea de forma indirecta, desde el propio gobierno; nada raro que usufructúe y quiera persistir con la ignorancia, con un sistema educativo y de salud inequitativos, privatizados y fragmentados, con un sector público absolutamente débil.

Desde los movimientos sociales tenemos claro que los derechos no son regalos del Estado, de una élite complaciente, y mucho menos de la élite colombiana que lo que hace es defender sus mezquinos intereses; los derechos son y han sido históricamente el producto de múltiples luchas sociales arduas y candentes. Hoy los movimientos sociales, sectores alternativos, indignados y partidos de oposición, lo tenemos muy presente.

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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