Juntos en la distancia
Tomado de: www.nytimes.com
“Necesitamos que nuestros viejos duren más que la noche, aunque se te quiebren los huesos de la memoria”, escribía el poeta venezolano Ezequiel Borges en la serie Postales del coronavirus. Sin embargo, en todo el mundo los ancianos se están marchando sin la despedida apropiada, a menudo solo en presencia de extraños en las unidades de cuidados intensivos.
La familia de Carmen Evelia Toro encontró un modo de acompañarla —en el hospital y a través de internet— durante su lucha contra el coronavirus. Toro, una vigorosa matriarca colombiana conocida como Abuela Cohete, se vio rodeada de sus seres queridos gracias a la tecnología y a los profesionales que la cuidaron.
Fuera de los hospitales cada familia lucha sus propias batallas. La crianza se complica con la carga añadida de la educación a distancia. Jordana Timerman observa que frente al machismo en la esfera doméstica, la aspiradora y los platos sucios son, tristemente, el menor de los problemas de muchas mujeres en la cuarentena.
Quienes resienten el aislamiento en casa disponen de estrategias para ahuyentar la sensación de soledad. Alberto Barrera Tyszka escribe que hay que volver a levantar la voz para recuperar las calles y los espacios de debate en medio de la actual avalancha informativa que aturde y abruma.
— Elda Cantú
Desde la redacción
Hasta hace poco nuestra colega Natalie Kitroeff vivía en Nueva York y, desde la sección Negocios, reportaba entre otros temas sobre Boeing. Natalie se ha unido al equipo de corresponsales que cubren México y Centroamérica y acaba de firmar su primera nota desde Ciudad de México. En ella escribe sobre las presiones de Estados Unidos para que las empresas del lado mexicano de la frontera sigan operando a pesar de la pandemia.
Le pedí a Natalie que nos contara cómo es mudarse del epicentro del virus en Estados Unidos a un país cuyos casos van en aumento. “Ha sido… ¡interesante!”, dijo, y agregó que, después de que oficiales uniformados en el aeropuerto le tomaron la temperatura, puso manos a la obra para desinfectar todas las superficies de su nuevo departamento.
“Las últimas semanas han sido extrañas, como para todos. Esta ciudad, siempre tan llena de vida y de humanos y de ruido se siente apagada y al límite. Los restaurantes están vacíos y el tráfico es anormalmente ligero. Mi placer culposo ha sido escuchar a los trompetistas y mariachis que pasan por la calle a pesar de que tal vez deberían estar en casa. Aún así, el otro día, durante el estrés del cierre, en mi cuadra sonó ‘Cielito lindo’ y me sentí muy contenta de encontrarme en este nuevo hogar”.
P.D.: Hace algunos días compartimos el testimonio de un médico sobre la neumonía silenciosa que observó en un hospital de Nueva York. Él sugería tener a mano un oxímetro, un aparato cuyo funcionamiento y ventajas detallamos.
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Tomado de: www.nytimes.com