Poetas Médicos. Entrega XII

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

En esta oportunidad, publicamos tres poemas médicos. El primero, «Si no has tenido el amor y la ternura», del doctor Jaime Vélez Ramírez; el segundo, «El sueño», del doctor Juan Fernando Uribe Duque, y el tercero, «Decisión inesperada»,  del doctor Emilio Restrepo Baena. Estos poemas que fueron presentados por ellos en la Tertulia Intelectual y Cultural de ASMEDAS Antioquia realizada el pasado 27 de marzo de 2019.

Si no has tenido el amor y la ternura

Si no tienes amor, no tienes nada,
si no tienes ternura, nada vale,
si de niño nadie acarició con cariño tu cabeza,
si nadie con amor te dijo, yo te quiero.

Cuando hay desolación, cuando hay tristeza,
cuando no sabes que hacer y lloras,
cuando estas inseguro, cuando sufres,
cuando no tienes quien te de la mano.

Estás desesperado, estás del alma enfermo,
estás sin saber adónde miras,
estás con el llanto en las pupilas,
estás con un dolor que brota desde adentro.

Es que si no has tenido el amor,
es que si no has tenido el dulzor de la ternura,
es que si no has sentido el calor de ser amado,
yo te comprendo, no has tenido nada.

25 de abril de 2007

 

El sueño

No es la noche,
no es la célula que duerme
la que engendra pesadillas,
tampoco los huesos cansados que invitan a la abulia de una muerte transitoria en los estrados de la inconsciencia

No es el murmullo sutil de un silencio el que escribe la oda a las tinieblas volviendo las viejas estancias a habitar los sueños.

No es la morada desconocida donde un campanazo de bostezos inicia el sainete cerebral de alquimias incomprendidas.

¿Serán acaso las acumuladas horas, las que decidirán qué fantasmas se pavonearán por las vertientes de la madrugada, llenando de símbolos las grotescas estaciones del inconsciente y atiborrando de deseos las imágenes que me habitan solapadas?

¿Para qué, entonces, salir huyendo hacia el ocaso si ya la noche ha llegado?

El hado onírico es indiferente y permite que la consciencia decida.

No existe noche para resolver el misterio, ni existen interpretaciones vagas para el aullido ocasional.

El interrogante se queda en el diván.

Las respuestas son ángeles despiertos sin espadas y alas.

Solo el santiamén de lo necesario, sin más presagios que la misma vida…

 

Decisión inesperada

Por si acaso quisieras volver
en un acoso de nostalgia
tan propio de ti,
y te acometiera
el deseo irresistible de verme
de nuevo a tus pies,
en ese derroche insufrible de amor
con que gasté mis mejores años.
Y en el frío de la noche
tu cuerpo me busca
y no me encuentra,
recuerda
las puertas están abiertas,
las llaves en el sitio de siempre,
las cosas están en su punto,
el viento entra siempre por las mismas ventanas.

Pero yo,
me mudé de casa.
Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

 

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