Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia
Por: Médico Jesús María Dapena Botero (foto)
Psiquiatra y psicoanalista
1. GENERALIDADES
Al revisar viejos textos de psiquiatría, me encuentro en la segunda edición del Modern Synopsis of Comprehensive Textbook of Psychiatry / II, de Freedman, Kaplan y Sadock, el cual funcionara como una especie de biblia psiquiátrica en los años previos a mi ingreso a la residencia, según lo señalaba mi gran maestro Jaime Barona Gaviria; me encuentro una referencia al DSM-II, en la que, meramente, se hacía un listado de los trastornos de personalidad:
301.0 Paranoide.
301.1 Ciclotímica.
301.2 Esquizoide.
301.3 Explosiva.
301.4 Obseso-compulsivo.
301.5 Histérico.
301.6. Asténico.
301.7 Antisocial.
301.81 Pasivo-agresivo
301.82 Inadecuada.
301.89 Otros tipos específicos, tales como el trastorno de personalidad orgánico, la personalidad inmadura y la pasivo-dependiente.
El concepto de trastorno de personalidad implica la definición de esta última que para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene varias acepciones, que pueden interesarnos, tales como:
1. Diferencia individual, que constituye que cada una se distinga de otra.
2. Conjunto de características o cualidades originales, que destacan en algunas personas.
Pero, ya en 1963, Gordon Allport había definido la personalidad de una manera más compleja como: Organización dinámica de los sistemas psicofísicos, que determina una forma de pensar y actuar única en cada sujeto en su proceso de adaptación al medio; así las cosas, a una constitución física se añadiría un temperamento, una inteligencia, que tendrían un proceso de maduración lenta; habría, según él, una parte genética, hereditaria tanto en la constitución física como en el temperamento y la inteligencia; dadas las influencias ambientales, sería un sistema en permanente desarrollo, que se distingue de los rasgos de carácter, actitudes y hábitos.1
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