Por: Médico Jesús María Dapena Botero (Foto)
Psiquiatra y psicoanalista
Bien sabemos que el llamado Síndrome de Burnout es un trastorno emocional, ocasionado en el ámbito laboral por el estrés en el trabajo y el estilo de vida, más frecuente en sujetos con una gran vocación, como médicos, enfermeros y docentes, que terminan por incidir en la vida sociofamiliar. Las condiciones de trabajo con altos niveles de estrés, carga laboral excesiva, malas relaciones en el ámbito laboral, pueden llevar a un estrés crónico, que termina por extenuarlos, sobre todo cuando hay un exceso de burocratización que obliga a que terminen haciendo horas extras impagas o llevarse el trabajo a casa, dadas expectativas subjetivas poco realistas; y una de sus manifestaciones suele ser la impaciencia y la irritabilidad; además, puede presentarse cierta despersonalización que se expresa en cinismo, distanciamiento de los demás y frialdad en el entorno laboral o sociofamiliar, en particular en el género femenino, que tiende a ser más responsable y protector1.
Y, toda esa sintomatología se acentúa cuando el sujeto no es capaz de compartir con la pareja, la familia o los amigos, sus preocupaciones o miedos en la vida laboral y, más aún, si hay conflictos familiares o problemas económicos.
Es peor en las personas solteras que no tienen pareja, ya que la convivencia con un compañero afectivo-sexual e hijos ayuda a afrontar mejor los problemas y conflictos emocionales, en la medida en que se cuenta con una familia que apoya, sostiene y contiene2.
El síndrome puede clasificarse como leve, moderado o grave, y el moderado suele ser el más frecuente, cada vez más estudiado y, por desgracia, in crescendo.
Para prevenirlo, se ha de empezar por el ámbito laboral, por la empresa, que ocasiona o permite dicho malestar intra-subjetivo en la institución, para lo cual habría que pensar, cuando se da un caso, en grupos reflexivos psicoanalíticos para desnaturalizar el sentimiento, a la manera del caso que yo presenté en unas jornadas de Salud Mental en Pontevedra, Galicia, España, ya que suelen darse desajustes entre la mentalidad de un sujeto y la escala de valores de las organizaciones, en especial cuando éstas son muy burocratizadas, no prestan apoyo a sus empleados y fallan las políticas y la estructura institucionales.3, 4 Pero, en los sujetos que padecen dicho estrés hasta la extenuación, tienen una incidencia creciente, en la medida que los cambios laborales aumentan la exigencia sobre el empleado, del que esperan una mayor capacidad, en destrezas y funciones, lo que genera un desequilibrio entre la vida laboral y la sociofamiliar, máximo cuando, cada vez, hay más trabajos temporales, subcontratación y falta de estabilidad laboral, en relación con décadas pasadas, aunque se exageren porcentajes en la prensa escrita. Pero, estudios más realistas y científicos siguen encontrando que los porcentajes son lo bastante altos como para causar alarma entre el personal médico y se constituyen en una amenaza para la salud pública en España, que pueden llevar a trastornos psicosomáticos, trastornos de sueño, cansancio, dolores de cabeza, por lo cual hay que tener en cuenta todos esos riesgos psicosociales de parte del gobierno. ya sea en el de Trabajo e Inmigración, el de Sanidad y Consumo, de tal manera, que se brinde formación a los agentes sanitarios para erradicar diagnósticos erróneos y dilatados en el tiempo, y pueda mejorar la salud pública en nuestro país, para prevenir esta lacra que se ha constituido en una de los mayores retos de la salud laboral5.
Y en Perú se han dado tasas epidemiológicas como ésta:
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En médicos y enfermeras, llenos de vocación, suele ser más frecuente en la mujer; pero el grupo más afectado fue en el grupo de enfermeras, aunque en los médicos producía una mayor alteración de los vínculos familiares6.
Entre los residentes, que se están especializando en Medicina Familiar, el burnout puede resultar una patología relevante, que deteriora el aprendizaje, la accidentalidad y el ausentismo laboral, que repercute en la familia en un 73% en las mujeres y un 27% entre los hombres de una manera leve a moderada…
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