En esta oportunidad, publicamos dos poemas, el primero de la doctora Martha Inés Vélez de Valencia, titulado «Peregrino de lluvias y crepúsculos», y el segundo, sin título, del doctor Guillermo Henao Cortés.
Los poemas que fueron presentados por ellos en la Tertulia Intelectual y Cultural de ASMEDAS Antioquia realizada el pasado 27 de marzo de 2019.
Peregrino de lluvias y crepúsculos
En aristas el sol raya la tarde
abrasado por delirante incandescencia
arde en perplejidad
celebrando la fecundidad de la vida.
La materia en eterna impostura
redimida en los astros
discurre por las leyes naturales
sin la agobiante incertidumbre de la duda.
La lluvia a gritos amordaza el silencio
y sinfonías de luz susurra el viento
la fatiga del tiempo desdibuja la tarde
y en espejos de agua se confunde el paisaje.
En tanto el hombre…
curioso aventurero del asombro
peregrino de lluvias y crepúsculos
pasajero de su interior paisaje
habitante de la conciencia de sí mismo
ávido de certezas se pregunta…
por el orden cósmico del mundo
la energía transmutada en materia
la materia anterior a la vida
el éxtasis en que la creación dignificó el espacio
y las moléculas ávidas de vida colmaron el silencio
por la química estelar hecha razón
por su esencia divina
por sus raptos de fe, de amor, de olvido
se pregunta por la edad del tiempo
y la inmortalidad en el misterio.
(Sin título)
De aquel joven como yo, pero entusiasta y dicharachero,
con quien hablé en tres o cuatro ocasiones.
En una de ellas me pidió acompañarlo a la montaña
-bus de escalera, ásperos caminos de herradura
sin herradura, a lomo de zapato-
para visitar a un pariente enfermo.
Desahuciado, concluyeron.
Después anduvo enredado –el joven-
con sindicatos dudosos, patronales,
más tarde como funcionario de trabajadores.
Dos o tres veces por año lo veo detrás de su ventana,
quizás en el umbral de su puerta,
porque es vecino de familiares que frecuento.
Nos saludamos de lejos, con las fórmulas de usanza, pero
su mujer es callada y de edad. Y sus hijas,
adolescentes sin ánimo.
Pienso que si cada domingo pasara por allí
vería siempre a la ventana a él, no a su mujer.