El síndrome del sobreviviente

Tomado de: Oficina de Comunicaciones, Información y Prensa ASMEDAS Antioquia

Por: Médico Jesús María Dapena Botero (foto)
Psiquiatra y Psicoanalista
Conferencia que presentará el doctor Dapena en Santiago de Compostela próximamente

Me llama la atención toparme hoy con un artículo de Verónica Rodríguez Orellana, titulado TEPT, el trastorno de los supervivientes.

Título en el que el TEPT, las siglas del Trastorno de Estrés Postraumático (F43.1), ese sí elevado a la categoría de disorder por el DSM-IV1 a raíz de efectos clínicos a largo plazo, que empezaron a encontrarse, causados por traumas intersubjetivos crónicos, abusos sexuales y físicos durante la infancia, que persistían en la adultez, en la medida en que lesionan la personalidad y el rendimiento del sujeto, aunque al principio la amplitud del concepto no era muy extensa.

Tal síndrome podría experimentarse en forma de pesadillas recurrentes, la evitación fóbica de eventos que puedan exacerbar sentimientos asociados al trauma originario con gran desapego del otro, con evitación de relaciones íntimas y una sensación de no futuro, dificultad de conciliar el sueño o irritabilidad.

Para ser más fieles a la descripción del DSM-III, podríamos anotar que:

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que:

(1) Ha experimentado acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas contra su integridad físico o de sus semejantes.

(2) Y ha respondido con un temor, crisis de horror intensas y/o desesperanza en el adulto y en niños puede generar una situación desestructuradora del sujeto infantil o severas agitaciones.

B. El acontecimiento es reexperimentado como:

(1) Recuerdos recurrentes e intempestivos del acontecimiento traumático, que provocan malestar psíquico y aún físico, con imágenes, pensamientos o alteraciones de la percepción.

(2) Sueños de angustia recurrentes con el subsecuente malestar, terroríficos en su contenido manifiesto.

(3) Hay la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo de nuevo, como una revivicencia ilusoria, con alucinaciones; a veces, los denominados flashbacks. Como podemos verlo ilustrado en la cinta de David Lean, La hija de Ryan, en esta secuencia cuando el Mayor Randolph Doryan acude a la taberna de la aldea irlandesa, por causa de su trastorno de estrés postraumático o neurosis de guerra:

Un malestar psicológico intenso, aunque en forma paradojal, puede deberse a estímulos externos, tal como lo vemos en las patadillas contra la madera del tonto del lugar, evocadores en el mundo interno (realität) del sujeto traumatizado, que simbolizan o hacen que aparezca el recuerdo, a través de la compulsión a la repetición, descrita por Sigmund Freud, en Más allá del principio del placer2

De otro lado pueden darse:

C. Evitación de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la capacidad de reacción general del sujeto con la siguiente semiología:

(1) Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre las situaciones traumatizantes.

(2) Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas, que motiven recuerdos del trauma.

(3) Amnesia o hipomnesia un aspecto importante para defenderse, mediante la represión, de la situación dolorosa.

(4) Disminución del interés o participación del trauma.

(5) Desapego de los otros, de los semejantes y dificultad para amar.

(6) Pesimismo, como si el futuro, en adelante, será desolador, como si ya no se tendrían más oportunidades laborales, de pareja, de poder conformar una familia, de volver a una vida corriente.

D. Síntomas persistentes de hipervigilancia o excitabilidad (Arousal en inglés), posiblemente por la excitación permanente del sistema o formación reticular activante en el tallo cerebral, pienso yo.

(Haga clic sobre la imagen para aumentar su tamaño)

http://lifecoachingcentre.co.uk/the-reticular-activating-system-use-your-brain-for-a-change/

____________________________________

 

1. American Pychiatric Association (APA) DSM-IV Brevidario. Masson, Barcelona, 1995, pp 211-214

2. Freud, S. Más allá del principio del placer en Obras Completas (t. XIX). Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1976, pp. 14-17.

 

Haga clic AQUÍ para continuar leyendo el texto del artículo.

 

 

Deja un comentario