Apuntamientos y reflexiones
Por: Alberto Restrepo Ochoa
Médico Psiquiatra
Septiembre 2.018
No se necesita de muchas entendederas para saber que no sabemos la causa del Alzheimer; igualmente, de que los remedios para aliviar las desmemorias y meterle freno a su declinación, tampoco sirven. Quienes los recetan y quienes los toman, sabiéndolo o no, padecen el candor de las ilusiones. Ninguno sirve.
La desmemoria senil, distinta a la demencia, comienza con la senectud; obviamente. Algunos dicen que desde la primera comunión. Vaya uno a saber. El envejecimiento comienza todos los días. La menopausia se hace esperar pues algo tarda en llegar. Es demoradita…
¿No es entonces anti-ético y fraudulento hacerle compadrazgo a la Industria fabricante de drogas (unas sirven, muchas otras ni pio), recetando las ‘anti demenciales” (donepezil, galantamina, rivastigmina, etc.), las anti-menopaúsicas, y las anti-viejeras con los gluconatos, las multivitaminas, los biofosfonatos, los suplementos dietéticos, viagra, ah, y la vitamina D, encontrable en todas partes como el espíritu santo.
Si la viejera y la menopausia han sido o están siendo medicalizadas, y consecuentemente farmaceuticologizadas, ¿por qué no medicalizar la truhanería, el fanatismo religioso del iglesiero compulsivo, los asaltadores de buses urbanos, los de Rápido Ochoa y Flota Magdalena, la adicción a los noticieros de política corrupta y de las violencias todas, la raponería, y el homosexualismo*?
* El homosexualismo fue desmedicalizado, despatologizado si usted prefiere, por un movimiento de protesta social. Pasó, resultado como dije, de una voltereta política, de enfermedad o desorden a ser una variante de expresión sexual, como la belleza y la fealdad son variantes de la expresión estética; o así lo pienso yo…En 1.973 el Consejo de Fideicomisarios de la APA (board of trustees of the American Psychiatric Association), acordó el destronamiento del homosexualismo de Psychiatric Disorder a Sexual Orientation disturbance.
(Coño, estos vergajos fideicomisarios –Absalón es mal hablado—solo le cambiaron la etiqueta al mismo vino; que manía la de andar rotulando y patologizando como me dices tú compadre…).
Robert Spitzer, entonces profesor asociado de psiquiatría en la Columbia University, argumentaba en favor del destronamiento afirmando que: “Nosotros no estamos diciendo que es normal (la homosexualidad), o de que es tan valiosa como lo es la heterosexualidad”, y que “aquellos homosexuales que están emproblemados, o insatisfechos con sus sentimientos homosexuales, entonces sí nosotros estamos lidiando con un psychiatric disorder”. Oh, my god, I don’t believe it, como dicen por estos días…
¿Sabían ustedes que hasta ese entonces –no sé si todavía- la APA dizque tenía un comité para investigación en homosexualidad masculina? (¡Ven el sexismo rampante!).
No olviden, o apréndanlo si no lo sabían, que con el alcoholismo pasó al revés.
Evidentemente un mal de la voluntad (nadie bebe o se emborracha contra su voluntad o porque se le activó un déficit enzimático ya demostrado), asentado en un psiquismo lesionado por traumas y líos no resueltos del presente o del pasado (o procesados…worked out dicen en inglés, más que resueltos), fue políticamente elevado a la categoría de Enfermedad por la AMA –American (¿?) Medical Association-, en 1.956, en respuesta a las presiones de organizaciones de alcohólicos. (Las implicaciones laborales, de seguros, de exoneración de responsabilidades son distintas estando uno enfermo de alcoholismo, que enfermedad no es, que a estar bebiendo porque a uno le dio la gana, que voluntad sí es). Si ven como son las cosas…
Ese reconocimiento se basó en la teoría (no probada) de que la dependencia o adicción al alcohol es causada por una enfermedad del cerebro.
¡Ah, ¿y que pasa con la presunta alteración enzimática, enfermedad cerebral o la tara hereditaria –o genética más bien que así se dice nowadays–, de lo cual se habla o especula en bio-psiquiatría, cuando el alcohólico se rehabilita por medios sociales que afinen su carácter y voluntad? …se destuercen los genes o empiezan a brotar las enzimas? Vaya uno a saber
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En relación al envejecimiento me pregunto: ¿Es razonable y ético que la ciencia (y muchos empresarios en fila de espera), que la ciencia, repito, intente prevenir, detener o lentificar el envejecimiento?
¿A quién servirían estas búsquedas y sus logros, si fueran alcanzados?
¿Beneficiaria a alguien o perjudicaría a todos?
Una investigación reciente (asi reza el cliché), reportó que muchos investigadores, “se preocupaban” de que una vez detenida o prolongada la vejez, esto sería “muy aburridor”, y privaría a la persona “de los beneficios del envejecer como la adquisición de sabiduría* y el aprender a aceptar la muerte”.
Algunos filósofos creen que la ancianidad prolongada o la inmortalidad “seria terriblemente aburridora”.
Si esto se logrará (parece posible), usted escogería, aún si su escogencia probara ser un error. Y si lo logra, que los demás se J…
Leí de John Stuart Mill (filosofo inglés del siglo XIX) el siguiente pensamiento: “La sociedad debe respetar la libertad individual”. En mi lectura también encontré que él también dijo: “El derecho a la libertad individual es limitado por el deber de no causar daños a otros”. Imaginan ustedes un jefe de psiquiatría a perpetuidad, o de lo que fuese, porque su vejez ha sido prolongada, o porque el espíritu de renovación académico está hibernando.
De prolongarse la vejez, se pregunta uno de los autores consultados, ¿Qué pasaría con las pensiones?, ¿tendrían ricos y pobres igual acceso a la detención o prolongación de la vejez?, obvio que serían solo los ricos, ¿y qué pasaría con la sobrepoblación?
Las opiniones están divididas. La complejidad, creo yo, está en el meollo ético de este asunto.
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Mucho me impactó el pensamiento del exministro de salud Alejandro Gaviria: “La psiquiatría se reinventa semánticamente cada cierto tiempo”. La historia de la psiquiatría, de mucho antes y de muy ahora, corrobora lo dicho por el Dr. Gaviria.
Pensemos, sin sulfurarnos, en un solo ejemplo de semánticas equivocadas en psiquiatría. La mayor, y peor de las psicosis, fue equivocadamente rotulada en el pasado como “Demencia Precoz”. Posteriormente, un destacado psicoanalista, invocando un supuesto mecanismo psicodinámico de escisión entre afectos y pensamientos (“esquizo”, o “splitting”, o “schism” en inglés) la rebautizó como Esquizofrenia.
La clínica (el encuentro y seguimiento cara a cara del paciente; es decir el devenir de su historia) nos muestra que ni hay demencia precoz, ni el supuesto mecanismo “esquizo” ha sido demostrado en las personas agobiadas por esta horrible enfermedad de la esquizofrenia. Pero ‘la reinvención de la semántica en psiquiatría se da cada cierto tiempo”, asi que habrá que esperar…Por ahora, aún equivocado, el rótulo icónico de esquizofrenia, pervive. Manténgase en sintonía…
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Vuelvo a la demencia tipo Alzheimer:
Que la genética, que la infección por Herpes, que las vacunas, que si las placas con beta amiloide y los ovillos con la proteína Tau son causa o efecto, que esta o aquella droga anti demencial, bueno, eso está más o menos bien, “aunque ninguna medicina haya demostrado prevenir o retrasar el deterioro cognitivo de la demencia asociada al Alzheimer”, y nada se sepa sobre la causa.
Entiendo que “en la mayoría de los casos de Alzheimer no hay una razón genética detrás”. Billones de dólares en investigación genética se han invertido, igual en drogas anti-demenciales, y hasta ahora, clínica o terapéuticamente relevante, nada se ha logrado.
Para que gastarle dinero a un infeliz-desgraciado paciente * con Alzheimer, si los remedios anti demenciales que hay, para nada nada sirven. Para el manejo de síntomas no cognitivos, insomnio, delirios, agresividad, sí contamos con buenos recursos.
*El Alzheimer es una infeliz desgracia.
“¿Está el enfoque de la investigación en Alzheimer equivocada”?
Un hecho establecido es que “el crecimiento progresivo de la población y el incremento en la esperanza de vida harán que las cifras de la incidencia se dupliquen en 20 años”. (Esther Samper).
Pero, piénselo sin acalorarse, ¿No cree usted que la genética tiene que estar en todo –parece que los virus también-, desnudos o arropados en escondrijos, pero presentes en todo?
¿O es que cuerpo y psiquis son andamios separados?
¿Ha visto usted, o siquiera imaginado, un cuerpo funcionando sin alma, o llámela como quiera (no, no estoy pensando en robots humanoides, de nombre cristiano), o un alma en pena, solitaria, arreglándoselas solita con las complejidades de este mundo, sin un cuerpo que la acompañe?
La genética es importante. Pero la fanfarria mediática que hoy parece acompañarla se ha convertido en una innecesaria algarabía.
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En todas las ‘enfermedades’ psiquiátricas el enfermo no es quien solo la padece; “es toda la familia”. En psiquiatría, y creo que, en toda la medicina, no hay pacientes insulares, desconectados y a la deriva como alma nona en pena a lo Robinson Crusoe. Pregúntele al Alcalde Gutiérrez si los “habitantes de la calle”, desquiciados callejeros por locura, por drogas o lo que fuese, son almas nonas. A solo, ninguno sobreviría.
Me pregunto: ¿Por qué ese nombre aséptico y encubridor de “habitantes de la calle”?
¿Y a los habitantes de lujosos apartamentos, Suites empiezan a llamarlos, con que nombre les bautizarán?
Sigo en lo mismo: Se de algunos psiquiatras, nativos unos aborígenes otros, que no teniendo amoríos con el Psicoanálisis (en el cual la relación es diádica; solo paciente y psiquiatra, nadie más) se niegan a ver los familiares cercanos de un paciente. Son psiquiatras que insisten en permanecer asépticos y estériles, impidiendo con estas prohibiciones que familiares contaminen sus visiones sobre el caso y sobre el proceso terapéutico. De todo hay en la viña, o viñedo si usted prefiere, del Señor.
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Para mí la psiquiatría tiene 4 componentes; científico, tecnológico, artístico y artesanal. (Creo que igual para el resto de la medicina).
El constituyente Ciencia tiene 2 componentes:
• El de las ciencias duras o físicas, incluida la genética, y el de las ciencias blandas o humanísticas.
Los esfuerzos del primero –ciencias duras-, han sido enormes y costosísimos; sus éxitos en cambio han sido poquísimos. Las preguntas que le planteamos a las ciencias duras son muchísimas; las respuestas poquísimas. Culpa de nadie. El camino de la ciencia en psiquiatría parece incierto y tortuoso, no asi en informática y cibernética, pero entiendo que estas son del reino de la tecnología y no del de las ciencias. Vaya uno a saber…
• El tecnológico, útil, sí usado dentro de la racionalidad.
• El artesanal tiene que ver con la dinámica o mecánica que el psiquiatra le imprime a su quehacer.
• El artístico, con la belleza imprimida por el psiquiatra a su trabajo.
¿Cuál de los 4 componentes es el más importante? ¿Usted qué piensa?
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¿Por qué la Psiquiatría convencional se está rindiendo a las drogo latría y tecno latría’? Igual la medicina.
Para mi ese es otro acto demencial, entre los muchos, –o de vesania si usted prefiere–, en que se está ahogando la medicina de por estos días.
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Me pregunto, ¿Por qué personas que no saben de ciencia médica, y nada de clínica, (sí, pienso en los representantes de las casas farmacéuticas), opinan sobre ambas materias, convirtiéndose, en algo o en mucho, en orientadores de opinión en asuntos médico-farmacológicos? Esto es indigno, y esta mal habida práctica cuenta con el respaldo reforzador de muchos médicos. Años atrás dije que los médicos que quisieran recibir muestras o literatura de la Industria farmacéutica, podrían obtenerlos por correo electrónico o por despachos a domicilio. El espacio, secretarias y tiempo son del médico…
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Adelantaré algo (a incluir en escrito posterior), pues está relacionado con todo lo anterior.
El recetar drogas, procedimientos o artefactos cuando no media razón médica ni social para hacerlo, debiera ser parte de las enseñanzas instituidas como ADJUNTO a toda asignatura clínica; sería el Adjunto de los SIES y de los NOES; ej. Cuando SI recetar, cuando NO recetar. Así se enseñaría lo que racionalmente sí se debe hacer, y lo que racionalmente no se debe hacer.
Ejemplo: a una persona con una psicosis paranoide NO se le administra terapia de electro-estimulación, ni a una persona por encima de 65 años se le recetan ISRS’s de larga vida media, como fluoxetina. Y hay decenas y decenas más de ejemplos en psiquiatría.
La ciencia y la clínica del NO HACER y del SI HACER son ciencia y clínica fundamentales. El aventurerismo de hágale y apague y vámonos es anti ético y anti humano.
Por ello el Director de Educación Médica en una facultad de medicina debe ser alguien sazonado en la enseñanza, curtido y encanecido en la clínica, y no un polluelo recién salido del cascarón.
Es que no es cuestión de inteligencia, ni de nexos políticos. No, No, es cuestión de sabiduría y de aquello que los gringos llaman el “KNOW HOW”; el saber cómo…que no es cuestión de solo inteligencia, arrojo, y juventud; es cuestión de mucho más que lo que un joven que aun brillante o bien relacionado todavía no tiene.
Autores consultados:
John Davis, filósofo USA. “Life extension Ethics”.
Esther Samper
John Stuart Mill
FIN